Samara/Rusia/AFP
Menos ego, más espíritu colectivo, Suecia parece estar más sólida sin su superestrella Zlatan Ibrahimovic. Alcanzó los cuartos de final del Mundial tras 24 años y el sábado contra Inglaterra disputará una instancia a la que «Dios» nunca había llegado.
«Zlatan … Como persona, como jugador, es un individualista, todo el juego gira alrededor de él. Ahora estamos jugando más como equipo», resume el portero sueco Karl Johan Johnsson.
El retiro internacional de «Ibra» ha resaltado todas las virtudes colectivas de Suecia. Ciertamente, el once escandinavo es menos espectacular que «Él», pero se cita el sábado en Samara (14h00 GMT), en una fase en la que no estaba desde Estados Unidos-1994.
«Realmente somos un equipo, formamos un todo», explica Janne Andersson, desmarcándose de la era Zlatan.
«El equipo lucha por el equipo, eso es lo que cuenta para los que están en el campo, y para nosotros en el banquillo», el cuerpo técnico y los suplentes, insiste el entrenador sueco.
Ya sin Zlatan, Suecia se clasificó para la Copa del Mundo de 2018 tras derrotar a Francia (2-1) en su grupo de eliminatorias, para alcanzar el segundo puesto, por delante de Holanda, lo que le puso en el camino del repechaje a Italia (1-0; 0-0), a la que eliminó con una especie de «catenaccio» escandinavo sin una sola pizca de «zlatanismo».
«A lo largo de las eliminatorias, luchamos el uno por el otro, lo mostramos muy claramente», dice el capitán Andreas Granqvist.
Sin embargo, la sombra del gigante de 1,95m continúa vagando alrededor del equipo «Blagult» (Amarillo y Azul). Antes de la ronda de octavos, los periodistas suecos aún les preguntaban a los jugadores suizos sobre la ausencia de Ibra, cómo incidía en el partido.
«¿Suecia juega mejor sin Zlatan?». Johan Djourou declinó educadamente: «No me corresponde a mí responder esa pregunta».
Desde el inicio del torneo, ni una conferencia de prensa de los suecos ha escapado a una pregunta sobre Zlatan.
Desde Los Ángeles, donde aún marca goles espectaculares para L.A. Galaxy, con 36 años, Ibrahimovic está en el recuerdo de todos.
No duda en burlarse de sí mismo, por ejemplo, en una publicidad en la que mira un hermoso gol y lanza muy suelto: «¡Me recuerda a mí mismo!». «La Copa del Mundo sin mí, no vale la pena mirarla… Realmente lo creo», dijo también Zlatan.
Cuando el astro del básquetbol LeBron James pasó a Los Ángeles Lakers, le dio la bienvenida con un tuit algo ocurrente: «Los Ángeles tiene ahora un Dios y un rey. Zlatan da la bienvenida a King James».
No obstante, en cinco partidos de Copa del Mundo que disputó, el exlíder del París SG no marcó jamás un gol, ni siquiera contra Trinidad y Tobago (0-0) en 2006.
En 2014, la ruta a Brasil se la cortó otra figura, Cristiano Ronaldo, autor de un ‘hat-trick’ en Estocolmo en el duelo de vuelta de la repesca (1-0, 3-2), en el que Ibra marcó apenas un… doblete.
En la Eurocopa tuvo más brillo, marcando dos goles en cada edición de 2004, 2008 y 2012.
Entre ellos, una joyita que quedará para el recuerdo y los libros de historia del fútbol: un taquito estilo patada voladora y de espalda contra Italia en 2004.
Su despedida internacional fue en la Eurocopa-2016, con una derrota ante Bélgica en Niza (1-0), donde los hinchas belgas le cantaron «¡Adiós Ibrahimovic!» con el tema de Go West de Pet Shop Boys como melodía de fondo. Todos lo amaban.
Hoy, los herederos de Zlatan están en condiciones de superarlo para siempre. Pero «Él» sabía marcar y ganar contra los ingleses. Les marcó un golazo en un amistoso el 14 de noviembre de 2012 (4-2), una chilena increíble de 25 metros.
Y seguimos volviendo a Zlatan..