La biblioteca

Gilmar Muñoz,

Escritor

Todos los días llegaba a repasar los de Misterio y Crimen con morbosa curiosidad – y complicidad fanática, de quien apura sus inquietudes con asechanzas, diría yo –, al revolver las rinconeras y sospechar de todo como juez o policía.

Del mismo modo incurría en las encomiables fuentes, particulares leyes, liosos sumarios, relativos cargos; guardando en sus apuntes la suma de las pesquisas con demente obsesión. Y así sucesivamente…

Hasta que un día, de repente, dejó de venir.

Empezó a preocuparme – entonces – su ausencia. A angustiarme su suerte, su deparo. Porque, fuera de cualquier fascinación por los enigmas, era la seguridad con que reseñaba las cifras del misterio lo que generó expectación y temor en mí.

Peor para él, pensé, resuelto en desconfiar de su nobleza e indignarme su dedicación y oficio diario: el sentido de la investigación.

Después de algunos días, esperé impacientemente que regresara, para matarlo.

Ver también

Nacimiento. Fotografía de Rob Escobar. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 21 de diciembre de 2024