Saúl Martínez
Como sobreviviente de cáncer de 51 años en El Salvador, María Catalina Pacas, no es necesariamente la típica entusiasta de la bicicleta. Pero la perspectiva de María comenzó a cambiar cuando aprendió a reparar su propia bicicleta.
“La bicicleta significa mucho, al usarla se ahorra energía, se cuida el medio ambiente, se mejora la salud, no se emiten gases de efecto invernadero, se ocupa menos espacio y no se arruinan las calles”, dice.
María vive en Guazapa, un municipio a 24 kilómetros al norte de la capital de El Salvador, San Salvador. En medio de la falta de transporte público, los residentes buscaban formas sostenibles de moverse. En septiembre de 2019, el municipio de Guazapa aprobó una ordenanza para fomentar el uso de la bicicleta en su municipio, que incluye generar condiciones de seguridad para los ciclistas.
Recientemente Guazapa habilitó la “ruta de bicicletas”, donde se realizan pedaleadas organizadas desde la municipalidad, y el Comité de Mujeres Ciclistas, para fortalecer el respeto para quienes se conduzcan en bicicleta. Asimismo, se espera que en un futuro el Viceministerio de Transporte pueda ampliar la “ruta de bicicletas” y declarar algunas calles como “Zona 30”, que significa establecer los límites de velocidad de los automóviles a 30 Kilómetros por hora.
Héctor Salguero, alcalde de Guazapa, identificó que “la bicicleta está tomando auge en el municipio, para el 2023 esperamos tener una ciclovía más amplia, y con esto que la población ayude a cuidar nuestro medioambiente, esperamos habilitar parqueos de bicicletas en los centros educativos”.
CESTA Amigos de la Tierra, es la primera organización ambientalista fundada en El Salvador, en 1980, actualmente lidera su trabajo ambiental en siete programas, siendo el de la bicicleta el más popular por la población salvadoreña. “Sin Bicicleta No Hay Planeta” promueve el uso de la bicicleta y organiza talleres de reparación de bicicletas, como en el que participó María, con el apoyo de la Escuela Taller Ecobici de CESTA. Además, de revolucionar el transporte esto ha empoderado a las mujeres proporcionando una mayor autonomía y sostenibilidad.
Ruth Consuelo Ortiz, es otra residente de Guazapa que ha visto su vida transformada. Además de sus tareas domésticas normales, ha comenzado a trabajar en la reparación de bicicletas. Ruth destaca que su capacidad para moverse libremente en bicicleta es uno de los principales cambios. A través, de la reparación de bicicletas recibe un ingreso económico que contribuye a satisfacer las necesidades básicas de la familia.
“Siempre vienen los clientes para que les pongamos los parches en las llantas, les hacemos engrases en general y a la vez también les estoy enseñando mecánica de bicicletas a mis hijos”, cuenta Ruth Ortiz. “Cuando no estoy, igual reparan las bicicletas, una de mis hijas suele hacer las reparaciones”. Ruth, de 46 años, madre de seis hijos en el cantón Zacamil, Caserio la Línea, Guazapa, comenzó a trabajar desde muy joven.
Recién aprendió a leer y escribir a los 20 años a través de un programa de alfabetización impartido en su localidad. Pero sus otras innumerables habilidades la han ayudado a salir adelante.
Sabe corte y confección, vende frutas y hoy es una mujer activa en un espacio llamado “Red de Talleres”, que reúne a más de 50 personas de diferentes municipios que trabajan para promover el uso de la bicicleta.
Trabajar con estos programas impartidos por CESTA ha sido una “bendición” para estas mujeres, dice Ruth. Durante el COVID-19, la demanda de reparaciones de bicicletas solo aumentó a medida que las personas adoptaron los viajes en bicicleta como una forma de mantener el distanciamiento social. La bicicleta en Guazapa es un medio de transporte que se utiliza a todas horas, ya sea para ir a la tienda, al mercado, al trabajo, a la escuela y, por supuesto, a la recreación.
Como las bicicletas ahora se están convirtiendo en algo común en Guazapa, esperan que un proyecto como este pueda servir como ejemplo para otras partes de El Salvador. El Salvador tiene 14 departamentos con 262 municipios, pero hasta el momento sólo 12 municipios han aprobado ordenanzas para la promoción de la bicicleta.
Para el alcalde es de suma importancia que las familias adopten el uso de la bicicleta, ya que es la oportunidad de heredar a las nuevas generaciones un transporte que aporta a la salud y a la economía familiar.
De hecho, hay señales de que otros están tomando ejemplo del éxito de Guazapa. El 27 de agosto de 2020, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Marco para el Uso y Fomento de la Bicicleta como Medio de Transporte en El Salvador. Hasta la fecha, el Gobierno Central ya ha habilitado ciclovías y comenzó a limitar los límites de velocidad de los automóviles en algunas carreteras a 30 Kmh, con la esperanza de que esta sea la velocidad máxima en los diferentes municipios que cuentan con ordenanzas municipales aprobadas.
Rosa Isabel Trejo, embarazada de tres meses, acaba de terminar su segundo taller de reparación y ensamblaje de bicicletas. Mujer de 35 años, es madre de una joven no vidente de 17 años de edad con parálisis cerebral. Rosa se enteró de los talleres por un reportaje de televisión y empezó a asistir. Ahora tiene su propio taller de bicicletas, lo que le proporciona una fuente de ingresos mientras cuida a su hija.
Jesús López, coordinador del “Programa Sin Bicicleta No Hay Planeta”, señaló que el programa tiene tres componentes fundamentales; trabajar con el municipio, trabajar con los centros educativos e implementar actividades dirigidas a las mujeres.
“El programa Sin Bicicleta No Hay Planeta, ha logrado motivar a las mujeres a romper paradigmas al dedicarse a reparar bicicletas, a que jóvenes de centros educativos demanden sus derechos de movilidad segura en bicicleta y también a que los actores municipales reaccionen y le den la importancia de fomentar el transporte en bicicleta para ir a trabajar, estudiar, ir de compras o simplemente hacer un recorrido en bicicleta”, sintetizó López.
A través de los programas de CESTA, muchas mujeres en Guazapa están cosechando los beneficios del uso de la bicicleta, pero cada vez piden más acción por parte del municipio. Exigen espacios más seguros para las bicicletas, incluidas mejores señales de tráfico que tengan en cuenta a los ciclistas
“Agradecemos a la Policía Nacional Civil por darnos seguridad al momento de llevar a cabo nuestros recorridos, a la Radio de Guazapa, a la Casa de la Cultura, por promover estos espacios, los cuales se vuelven seguros para quienes nos acompañan a andar en bicicleta”, comentó María Pacas.
Pacas sostiene que estos programas la han ayudado a desarrollar nuevas habilidades, las cuales les han ayudado a romper el estereotipo de que los trabajos relacionados con la bicicleta sólo los pueden hacer los hombres.
“Lo que no me gustaba y lo que más me estresaba era poner los rayos de la bicicleta, pero desarmar, engrasar y conocer cada pieza se volvió muy placentero e importante”, dice. “Como mujeres no es válido decir que me manché de grasa, o me rompí las uñas, porque hasta nos ensuciamos la cara. Todos estos desafíos los tenemos que enfrentar las mujeres y asumirlos con valentía”.
Debe estar conectado para enviar un comentario.