Nelson López*
El adivino llegó al aposento. Rodeado de una oscuridad placentera y un silencio relajante inició el ritual con su turbante que de forma mecánica comenzó a anudar sobre su cabeza con poco pelo, check sin que las penumbras le dieran dificultad para asegurarlo tal cual fuera un islámico afgano.
Luego sin preámbulos y apoyado en las sombras se acomodó en el piso y cruzó sus piernas con pies descalzos frente a una bola de cristal que lanzaba destellos refractores y luces que no parecían de neón ni led, health mas bien se notaban naturales que daban ganas de averiguar de donde venía tanta luz.
Los balbuceos no se hicieron esperar y aunque no se distinguía claramente que decía, mas bien daba cuentas de presagios y comenzó a decir que vería el futuro fuera negro, gris o blanco, no importaba, ya que lo vería para consumo propio para no amargar ni atemorizar a nadie.
De pronto antes de comenzar a ver con claridad las cosas comenzó a exclamar ¡no creo! ¡otra vez! y en tono de reflexión se preguntó ¡cómo es posible que el diputado este ande destapando otra vez esos hoyos en que se van los carros, ¡no! ¡no es posible que continúe haciendo esto!, está bien cuando era alcalde porque de ahí podía fundir hierro para hacer más barriles y sembrarlos en las aceras pero hoy no.
En seguida vio un coro como de ángeles mestizos cantando, y de pronto salía un gordito por aquí y por allá una trigueñita linda con una melodía de paz y comenzó otra vez a balbucear y luego con claridad dijo: ¡sí!, es demás por mucho que amen la violencia y se esmeren por los avisos para que no vengan de la USA, ¡es demás! ahí vienen el pijo de gringos para ver si cierto que aquí se sube la adrenalina, y esos ángeles siguen cantándole a la esperanza.
Y la bola de cristal brilló fuerte y el adivino gritó ¡imposible! y vio como un mar como el que abrió Moisés en el éxodo, se rompía en dos grandes olas y luego se abría otro gran espacio y premonizó ¡se acabó! este partido se partió… no en dos sino que en tres pedazos, ¡increíble! según yo iban a aguantar más tiempo pero se acabó, ya no se despedazó en dos partes no que en tres, eso no me lo esperaba.
Y de pronto vio sangre y sin mayor preocupación y con aburrimiento cuestionó ¿será posible que nunca se van a cansar de seguir sacando muertos y muertos como que fuera lo único que vende? y en seguida se respondió ¡No hay dudas que cuando me aparece sangre en esta hermosa bola de cristal lo único que me salen son esos periódicos y esos noticieros de televisión que se desviven por desparramar sangre… ni modo… ese es futuro seguro.
Y así siguió él, viendo el futuro de todos sin adivinar nada nuevo, todo seguía igual en esa lucha de los muertos contra los vivos y de los ricos contra los pobres, porque el grupito de ricos y sus sirvientes siguen soñando con volver a los veinte años, quieren otra vez ese rumbo que no tenía ni uniformes, ni zapatos, ni útiles para los escolares, ni leche, ni profesores, ni buses nuevos, ni carreteras nuevas, ni calles nuevas, ni hospitales nuevos, ni subsidio a los ancianos, ni una obra por día. ¡No! solo quieren cárcavas y más muertos! ¡¡¡a esto no le ven el rumbo!!!!!!