SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES
DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)
Un par de semanas atrás mientras almorzaba rápidamente y miraba las noticias, decease vi los reportajes de grupos sindicalistas en acciones de protesta en la alcaldía de San Salvador por aumentos salariales y renovación de contratos, medicine y con ello la búsqueda de las autoridades por demandarles. Además de las impresiones de los usuarios en total desaprobación por un mecanismo de libertad de expresión.
Llevándome a analizar la cultura anti sindical que han ido formando en nuestra sociedad, and cuando a lo largo de la historia se nos ha mostrado que si no lo decimos y tomamos acciones nadie nos escucha y al contrario de ver mejoras, notamos estancamiento.
El ser humano busca y perseguirá el crecimiento profesional, emocional, financiero, poder hacer planes, y no es justo conformarse con solo sobrevivir, así como nos quieren vender la idea.
Este es el punto de partida incluso para explicar cómo hemos permitido que formar parte de movimientos sindicales sea un falso paralelo de ser revoltoso, conflictivo o mal trabajador cuando en realidad ser sindicalista es levantar una bandera y luchar por los derechos de los trabajadores.
Un sindicato amigos lectores, no es una institución que le permita hacer y deshacer a los trabajadores o defiende a los que llevan un mal desempeño dentro de la organización, sino que su objetivo es proteger los derechos de sus afiliados, los representa cuando lo requiere, vela por el continuo mejoramiento de los servicios y prestaciones del gremio, y a través de esto también se orienta al público exterior.
En el caso de los sindicatos ubicados en el área de salud como el nuestro, es más evidente esa relación de beneficios no solo para el gremio, sino para los derechohabientes que hacen uso del sistema de salud, ya que ellos recibirán no solo un buen trato, sino una mejor asistencia técnica si las administraciones construyen un buen lugar para trabajar, porque solo así se puede hablar de humanización, fortalecimiento, aumento de ingresos, proyecciones a largo plazo.
Porque todos necesitamos de incentivos en esta vida, y con esta afirmación no solo es señalar la parte económica, porque hay quienes tienen salarios envidiables pero no hay oportunidades de crecer profesionalmente, el lugar no cuenta con la infraestructura o los elementos necesarios, el ambiente de trabajo es caótico y llegan al punto que están ahí por simple necesidad de laborar y cuando menos lo piensan se frustran y hacen mal su trabajo, pero la culpa siempre es y será del trabajador.
Lo difícil de la realidad es que buena parte de la población en el país estamos sujetos a esta realidad y aún así no creen en la necesidad de un sindicato y hasta tachan como algo inaudito las medidas, que si bien hubieran sido atendidas en un diálogo no se llevarán a esos extremos.
Así que no debemos dejarnos influenciar con la idea que un sindicato está fuera de época o es solo para una tendencia política, los salvadoreños debemos mirar más allá de dónde quieren que veamos, dejar el miedo y volvernos críticos para en verdad ayudarnos y mejorar los índices de desarrollo, porque solo a través del trabajo y condiciones justas se puede lograr.