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La caída de Martínez y la oportunidad histórica de ARENA de contribuir a la democracia

Mariano Ramírez

Durante la primera semana de diciembre el partido ARENA sufrió dos duros reveses. Curiosamente casi simultáneos. En un tribunal de instrucción de San Salvador el juez Miguel Ángel Arguello, generic ordenó que se procese al  ex presidente Francisco Flores (1999-2004) también por el delito de lavado de dinero, shop además de revocar su arresto domiciliar por el encierro en las bartolinas de la DAN (Dirección Antinarcóticos) de la PNC.

Mientras eso ocurría en los tribunales, illness en la Asamblea Legislativa los diputados de la vieja guardia de ARENA, apoyados por los de otros partidos de derecha, veían como se frustraba el plan para reelegir a Luis Martínez como Fiscal General de la República. Se supo que unos diputados de la joven guardia del llamado partido tricolor celebraban discretamente la caída de Martínez.

El pequeño grupo de legisladores novicios y rebeldes, dentro de lo que cabe, de la bancada arenera, expresaron públicamente su rechazo a la continuidad de Martínez, a quien calificaron hasta de corrupto. En círculos políticos ese acto de rebeldía partidaria ha sido bien comentado y visto con alguna esperanza por quienes demandan apertura y deliberación en el interior del partido.

Ante esos dos hechos relevantes de la realidad nacional, la fallida reelección del Fiscal y la sentencia contra el ex presidente Flores, el partido ARENA tiene dos oportunidades para revertir sus efectos negativos. En el primero de los casos, lo que debería hacer, sin más vacilación, es expulsar de sus filas al ex presidente. Eso no le resolvería el problema pero le daría algo de oxígeno y la carga se le haría más ligera que no hacerlo.

Pero más importante que en el caso Flores-Taiwán, el partido Arena tiene en sus manos una oportunidad histórica para contribuir con el avance de la democracia en El Salvador y comenzar a limpiar su imagen. Se trata de la elección del próximo Fiscal General de la República.

La elección de un Fiscal independiente, con el concurso de los votos de ARENA y el resto de fracciones legislativas, le daría un fuerte impulso al proceso democrático de El Salvador. En el pasado reciente ya ha dado tímidas muestras de que puede votar por candidatos que por años mantuvo en una lista de vetados, por razones ideológicas.

Florentín Meléndez y Sidney Blanco, recibieron finalmente en 2009 el aval de ARENA y fueron elegidos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, luego de un proceso largo y tenso de negociación en Casa Presidencial. Meléndez fue propuesto expresamente por el ex Presidente Mauricio Funes, Blanco por el FMLN, Belarmino Jaime por ex Presidente Alfredo Cristiani y Rodolfo González por ARENA. Seis años después de su elección el partido ARENA ha podido constatar que sus temores, de votar a favor de algunos candidatos que vetó por años, eran infundados.

Otro de los eternos candidatos es el abogado Henry Campos, a quien en varias ocasiones ARENA ha rechazado como aspirante a Procurador de Derechos Humanos, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia y ahora nuevamente a Fiscal General. La semana pasada, Campos tuvo que desistir de nuevo a su candidatura, debido al veto reiterado de ARENA. Hace poco también el llamado partido tricolor vetó, de manera absurda y sin argumentos razonables, a Jaime Martínez, actual director de la Academia Nacional de Seguridad Pública, como candidato a una magistratura de la Corte Suprema de Justicia.

Pero el país está cambiando, aunque algunos se empeñan en negarlo. No hace mucho tiempo era impensable ver los debates sobre probidad, transparencia, acceso de la información pública o el financiamiento de los partidos político. Ahora se está legislando sobre esos asuntos, como señal inequívoca de avances.

Lástima por Henry Campos y el país, porque seguro habría sido un buen fiscal, como el que El Salvador ha venido necesitando. Pero aún queda en la lista de aspirantes a ese cargo un abogado que goza de la confianza de amplios sectores, como es el caso de Francisco Díaz, actual Superintendente de Competencias y un hombre comprometido con la democracia.

Se ha dicho muchas veces en círculos políticos que en El Salvador el Fiscal General de la República tiene más poder incluso que el mismo presidente de la República. Probablemente sí.

Ojalá el partido ARENA se atreva y dé sus votos por Francisco Díaz. El FMLN seguro que acompañaría esa elección. Recuerden que es mejor elegir a una persona de señales conocidas que a un “macho sin dueño” que atropella, abusa de sus atribuciones y se endiosa con el poder.

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