Carlos Eduardo Ochoa
El alcalde electo de San Salvador, clinic Nayib Bukele, ha sido un fenómeno mediático interesante que sobresale por su crecimiento rápido como figura pública.
Nayib Bukele es un joven publicista y empresario, hijo de Olga Ortez de Bukele y de Armando Bukele Kattán, este último es nieto de inmigrantes palestinos, presidente de la Asociación Islámica Árabe Salvadoreña, Doctor en Química Industrial y empresario.
En 2012, Nayib fue electo alcalde de Nuevo Cuscatlán, un municipio del Departamento de La Libertad. El entonces candidato compitió en coalición con el partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Cambio Democrático (CD). Antes de esa postulación nadie hablaba de Nuevo Cuscatlán, que por muchos años estuvo bajo el mando del partido de derecha, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Lo interesante es que las candidaturas y entusiasmo mediático que generaron tanto Nayib Bukele como el expresidente Mauricio Funes son similares. Hay que mencionar que ambos tienen buenas habilidades retóricas.
Tanto Mauricio Funes como Bukele eran personas de izquierda pero no estaban afiliados al partido FMLN. Recordemos que este partido escogió a Funes como candidato presidencial en 2009 porque era foráneo y contaba con bastante popularidad en la población debido a su trayectoria como periodista crítico al gobierno. El FMLN había perdido en tres ocasiones las elecciones presidenciales al llevar a un candidato militante del partido.
Mauricio Funes generó mucha esperanza en la población, sobre todo porque representó la posibilidad real no solo de sacar a los gobiernos de ARENA del poder sino de agrupar a un movimiento que no era de extrema izquierda, que quería cambios en el país, pero que temía a la extrema izquierda representada en el FMLN.
Tanto era el entusiasmo que incluso en una ocasión, cuando era candidato y asistió a un partido de fútbol de la selección nacional en el Estadio Cuscatlán, su apellido fue vitoreado espontáneamente por los sectores populares
Funes mantuvo altos niveles de popularidad durante su gobierno, pero al final fue criticado por no promover cambios relevantes al sistema económico neoliberal implantado en el país. Y una característica de su mandato fue desligarse del partido que lo llevó al poder; es decir, él no se mostró obediente a los lineamientos partidarios.
Bukele, de igual manera, durante la campaña a la Alcaldía de San Salvador evitó usar el color rojo del FMLN y escogió un azul “para incluir a todas las personas, no solo a las del partido”. Por supuesto que esta decisión constituye un signo de independencia del partido. De hecho, ya durante su mandato al frente de la alcaldía de Nuevo Cuscatlán lanzó fuertes críticas a funcionarios del gobierno de Funes, mostrando valor y para algunos, rebeldía, al enfrentarse con funcionarios del mismo partido que lo llevó al poder municipal.
A Bukele le sigue la población joven. En redes sociales incluso circula un breve video de cómo un numeroso grupo de jóvenes lo recibió cuando visitó una universidad privada. Por cierto el eslogan de su campaña fue “Nuevas ideas”, un eslogan que gritaría cualquier adolescente. El apoyo es relevante a pesar de que muchos jóvenes han mostrado apatía hacia la política.
Luego de las elecciones, el recién alcalde electo de San Salvador ha tenido un par de gestos que han llamado la atención. El primero fue visitar al actual jefe edilicio, Norman Quijano, para preparar el proceso de transición, el mismo Quijano se expresó bien de Bukele. El otro gesto fue anunciar que no cobrará su salario como alcalde para destinarlo a programas sociales, una decisión que ya han tomado otros políticos anteriormente.
La diferencia fundamental entre Bukele y Funes, desde el punto de vista del poder, es que este último no representaba a ningún grupo económico en el país; en cambio, Bukele ciertamente tiene el apoyo de las familias de descendencia árabe en el país, quienes compiten por la hegemonía económica con las familias de descendencia judía, grupo económico fuerte y ubicado mayormente en la derecha política.
Obviamente Funes ya fue presidente. Pero los rumores son fuertes respecto a que el padre de Bukele planea impulsar a Nayib para la candidatura presidencial dentro de algunos años. Mientras tanto, seguirá trabajando su imagen de funcionario público que representa a la nueva izquierda política.