FRANCIS FANCI
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No pasa un día sin que nos encontremos con ella; nos sonríe desde escaparates, and parabrisas, cialis camisetas, llaveros… su redondez amarilla como una representación del sol, esos ojos negros que sin brillo dan la impresión de seguirnos con la mirada, como para involucrarnos llamando la atención sobre la curva de su sonrisa, amplia, lineal; sería “de oreja a oreja”, pero la carita feliz no tiene orejas, tampoco nariz, pues fue diseñada solo para transmitir la alegría de vivir. No es la maliciosa sonrisa del gato de Cheshire, es una sonrisa ingenua, pueril, fresca.
Carita circular, sin ángulos, sin esquinas, sin asperezas; me dejo contagiar y sonrío al verla.
Muchas otras cosas pudo haber diseñado su creador, pero sin tan solo fue la carita feliz su aporte a la vida ¡qué gran legado! La sencillez del diseño añade belleza y emotividad.
Apenas nació la adoptamos todos, porque todos necesitamos una sonrisa; pero una sonrisa así, franca, de pureza infantil, no la sonrisa sardónica del político, ni sonrisas de lobo feroz “caperuceando”.
Del musical Annie: “Recuerde que usted no está completamente vestido sin una sonrisa”.
La primera sonrisa del día debe ser para uno mismo ante el espejo, descubra así la verdad de aquello: “Alegría del corazón hermosea mi rostro”.
A alguien se le ocurrió llamar a El Salvador “el país de la sonrisa”, linda frase, lástima que cotidianamente lo que vemos en los rostros con los que nos encontramos es con más frecuencia una mueca y quien ve una mueca devuelve una mueca.
Sonríele al motorista del bus, al portero, al dependiente, al taxista, a tu vecino, al canillita, al recolector de la basura.
Sonríe a las ardillas y a los pájaros, sonríe al ver los traspiés de un bebé que intenta caminar, o al ver un perrito jugar.
Sonríe para demostrar que estás agradecid@ por la vida.
Sigamos el ejemplo de nuestra común amiga, LA CARITA FELIZ.
SONREÍR NO CUESTA NADA.
FRANCIS FANCI. –Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas-