Por Tangi Quemener
Washington/AFP
La Casa Blanca pidió actuar «con urgencia» ante el cambio climático, viagra que ya dejó de ser una amenaza lejana y tiene consecuencias desde Florida a Alaska, según un documento oficial publicado el martes sobre los efectos en Estados Unidos de este fenómeno.
El informe -que da cuenta de viviendas e infraestructuras amenazadas, ecosistemas alterados, sectores enteros de la economía forzados a adaptarse- es el fruto de cuatro años de trabajo entre cientos de climatólogos y otros científicos y pretende ser una herramienta para ayudar a los estadounidenses a reaccionar ante estos cambios, precisó la Casa Blanca en un comunicado.
El presidente Barack Obama, que se había comprometido insistentemente durante su campaña a actuar sobre el cambio climático antes de encontrarse con la intransigencia del Congreso, tiene previsto hablar sobre ello el martes durante una serie de entrevistas televisivas, según la presidencia.
Para John Holdren, consejero científico de Obama, el calentamiento global «no es una amenaza lejana», sino una realidad de actualidad.
De acuerdo con Holdren, el documento hace sonar un «alarma más fuerte y más clara» sobre la consecuencias de este fenómeno en Estados Unidos.
Un resumen de un centenar de páginas de este informe anticipa las críticas de los escépticos del cambio climático con numerosos ejemplos argumentados e ilustrados sobre la realidad de este fenómeno y en especial de su origen en la actividad humana.
El inventario recoge datos publicados anteriormente, en particular sobre el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la violencia cada vez mayor de los fenómenos meteorológicos y el aumento del nivel de los océanos.
Si no se toman medidas, ese aumento del nivel de los océanos se traducirá a largo plazo en la pérdida inexorable de zonas de muy poca altitud como Florida (sureste) o el delta del Misisipi en Luisiana (sur).
Impacto desde Florida hasta Alaska
En el sudoeste del país, donde la población aumentó con fuerza en los últimos 30 años, «el cambio climático augura dificultades para una región que ya es seca y que se tornará todavía más seca, especialmente en el sur, y más calurosa», según el documento.
Además, trae aparejado un problema mayor de acceso al agua y de incendios forestales.
Estos efectos se manifiestan de forma espectacular en Alaska, donde la temperatura aumenta «dos veces más rápidamente que en el resto de Estados Unidos», destaca el informe, que señala «cambios mayores en los ecosistemas» debido a la desaparición de glaciares y «daños a la infraestructura» por el deshielo del permafrost.
El documento también recuerda que hay componentes vitales para la economía amenazados por el aumento en el nivel del agua o el aumento del número de ciclones tropicales que afectan las zonas costeras.
Es el caso de la ruta número 1, en Luisiana, estratégica para la producción petrolera y que sin embargo está «hundiéndose» con el aumento del nivel del agua.
De acuerdo con estimaciones del documento, si esta ruta quedara inutilizable por apenas tres meses, la economía estadounidense dejaría de generar 7.800 millones de dólares.
Por ello, el estudio apunta que «el cambio climático aumentará el costo de los sistemas de transporte del país», de forma que los científicos consideran necesarias «medidas importantes de adaptación».
Congreso escéptico
«Estas conclusiones destacan la necesidad de actuar con urgencia ante la amenaza del cambio climático», expresa el documento.
El informe es parte de los esfuerzos del presidente Obama para hacer avanzar un programa de lucha contra el calentamiento global, que permanece trancado en un cajón en el Congreso.
Se trata de una de las grandes promesas de Obama durante su campaña presidencial en 2008, pero el expediente pasó a un segundo plano después del fracaso de un ambicioso proyecto de ley al inicio de su primer mandato, cuando su partido Demócrata tenía mayoría en las dos cámaras.
Posteriormente, los demócratas perdieron el control de la Cámara de Representantes ante los republicanos.
Numerosos conservadores rechazan nuevas leyes federales sobre emisiones contaminantes por considerar que esas normas frenan el crecimiento y la creación de empleos.