Perla Rivera Núñez
Poeta hondureña
Es fin de semana y viajamos a Yuscarán, pilule cabecera municipal de El Paraíso, sovaldi ubicado en el oriente de Honduras, creado en el año de 1,600. Gracias a la explotación minera de esa época, este municipio llegó a tener un gran esplendor.
Lo primero que llama la atención al llegar, son sus empedradas calles. Todas esas rocas, como huellas del pasado te guían hacia una casa colonial.
Una mansión ubicada en el centro que encierra la historia y la cultura de este pueblo minero. Es la casa de la familia Fortín, ahora convertida en museo.
La casa fue construida en 1850 con piedra de cantera, adobes, entrepiso de madera y baldosas de barro. Este fue el hogar de don Daniel Fortín, jefe de Estado por 18 días y accionista mayoritario de explotaciones mineras.
Don Daniel tenía varias propiedades y comercios en Tegucigalpa, San Juancito, Güinope, Juticalpa y El Zamorano, según detalla el licenciado Héctor Ramón Cortés, en la revista “Yuscarán Ayer y Hoy”, en la edición de abril del 2013.
Es de mencionar que la casa –museo, está muy bien cuidada, al entrar te das cuenta de inmediato de los tesoros que guarda, desde la vitrina que contiene envases de tinta china, botellas de refrescos antiguos, lámparas, hasta objetos de tocador, todos sobrevivientes al paso de los años.
Entrada
El encargado nos permitió entrar a la cocina de la casa, nuestra impresión era enorme, imaginé las delicias que se habrían preparado allí. Una gran hornilla en el centro, blanquísima, aún con utensilios de cocina de la familia. Ciertas partes de la casa aún conservan sus baldosas originales, como la entrada al pequeño ático, el comedor y allí en esa preciosa cocina.
Uno de los almacenes de la familia funcionaba en una sala de la primera planta y según dicen algunos historiadores, en este espacio fueron exhibidos los primeros maniquíes traídos a Honduras desde el extranjero.
Este día hay una exposición de caricaturas que contrasta con la galería de fotos en blanco y negro que se exhiben en las paredes de la mansión; poetas, políticos, empresarios mineros, escritores, y por supuesto; los miembros de la familia Fortín, dueños del antiguo inmueble.
En ese primer piso también despierta la curiosidad una exposición de objetos del siglo XIX, entre estos un rifle, una silla, un viejo buzón con la leyenda “correos de Honduras” y una vieja fotografía de la casa, donde funcionó en 1884 un consulado de Estados Unidos.
En otro salón sobresalen oxidados saxofones, trompetas, flautas, entre otros instrumentos de los primeros músicos del pueblo. También hay una colección de cámaras fotográficas y un lugar repleto de antiguas publicaciones, documentos y cartas, una de ellas permite apreciar la preciosa letra del general Cabañas y su firma.
En la segunda planta de la casona están las habitaciones, salas y cocina de los Fortín. En estos salones hoy se exhiben camas de hierro forjado y otras talladas en madera, baúles, donde seguramente guardaban su ropa, así como mesas y sillas de caoba, objetos de la familia. Desde estos balcones se aprecia una hermosa vista del pueblo.
Hay un pequeño y curioso cuarto en este piso, cerca del antiguo baño. En esta habitación tuve una extraña experiencia que no pude pasar desapercibida, el día era caluroso y ahí precisamente sentí que la temperatura descendió, el frío me invadió, cabe señalar que mi acompañante no sintió nada. Quizás había energía rezagada en ese espacio y la percibí. Las dos veces que visité la casa me sucedió exactamente lo mismo.
Al avanzar hacia el corredor, bajo el techo de lo que fuera una caballeriza, está colocada una máquina de hierro, se trata de la imprenta Morazán, la primera traída a Yuscarán, en 1898. El pintor Javier Espinal de Tegucigalpa, plasmó un mural que embellece una de las paredes del museo, exactamente frente a esta máquina. El recorrido es largo, hace calor y nos sentamos un momento a descansar. Hay mucho por ver.
<<Fue la primera ciudad que tuvo energía eléctrica en Honduras, la primera que tuvo agua potable. Según la tradición oral, aquí se hizo por primera vez el hielo, y aquí se originó la primera huelga, fue una huelga minera a finales de 1800. En la sala donde hoy se exhiben objetos antiguos, en el ayer se colocaron los primeros maniquíes que llegaron al país. Según doña Leticia de Oyuela; también funcionó un consulado estadounidense, tenemos documentos con el sello del consulado estadounidense>>. Nos dice el encargado. Otro aspecto que hace de Yuscarán un pueblo de valor especial es el hecho de haber sido la cuna de algunos mandatarios o de sus familias.
Después de recorrer la casa y retroceder el tiempo entre baldosas y fotografías, nos despedimos del atento guía, pero no podemos partir sin tomar algo para el insoportable calor. Nos dirigimos a una de las “cantinas” donde además de refresco, también te ofrecen el famoso aguardiente Yuscarán, elaborado aquí mismo, que recorre Honduras y es famoso en todo el mundo.
Es hora de partir, el sol se oculta entre un cielo rojizo, verde y naranja. La mansión de los Fortín se apropia de uno mis sitios favoritos.