Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Somos un grupo de soñadores y nuestra esperanza es que un día haya algo para poder ayudar al adulto mayor, una tasa de café caliente, un pedazo de pan y la tertulia puede ser un cambio”, dijo Luciano Calles que junto a la directiva de PROAMAR buscan construir una Casa del Adulto Mayor, en el municipio de La Laguna, Chalatenango.
“Sabemos que va a costar pero eso no significa que no tenga aceptación entre la población, tenemos que entender que el proceso de envejecimiento es lento; los adultos creemos que no nos vamos a morir y los jóvenes no piensan que serán viejos en algún momento en su vida”, comentó.
La Laguna a cien kilómetros de San Salvador tiene una población de cinco mil personas, en un territorio de 25,82 kilómetros cuadrados anclada a una altura de 896 metros sobre el nivel del mar fue fundada en 1816, sus productos identitarios son los granos básicos y las hortalizas.
En el marco de las fiestas patronales a Santiago Apóstol se realizan entre el 19 al 25 de julio, un grupo de lagunenses han reflexionado sobre la necesidad de contar con un “hogar de día”, desde un ambiente de esparcimiento, atención médica básica y actividades colectivas.
Luciano o don Chano como le llaman en la localidad es un jubilado de 71 años de edad, que ha vivido y trabajado en los Estados Unidos.
Como fundador-colaborador con la Junta Directiva de PROAMAR buscan que más habitantes se sumen a la iniciativa, como lo ha hecho la alcaldía municipal y otras organizaciones sociales.
“Hemos tenido algunos problemas por la topografía del lugar (escarpado) pero encontramos un terreno que ya estamos arreglando, y comenzamos con el muro de contención que luego será parte de la estructura final”, dijo.
Y agregó “aquí nos une la solidaridad, no tenemos ninguna vinculación política o religiosa, simplemente el deseo de ayudar a la gente que se encuentra en esta etapa de la vida, necesitamos ayudarnos unos a otros”.
La casa del adulto mayor es un desafío a las costumbres de La Laguna, en donde persiste la concepción que cada adulto mayor tiene su propia familia que está pendiente de él o ella, para su cuido y convivencia, aunque don Chano consideró que no todos tienen esa oportunidad del amparo familiar, concluyó Yesenia Calles.
Mauricio Galdámez presidente de PROAMAR señaló que la idea de un hogar temporal para la población adulta mayor, es una aspiración que viene formándose desde hace cinco o siete años atrás, y ahora se encuentra materializándose, a base de cooperación económica y voluntariado.
“Todos sabemos que a un niño cualquier persona le da un dulce, un abrazo, en cambio al adulto mayor es más difícil, es como sino lo tomaran en cuenta, hay necesidad de hacer algo con nuestros adultos mayores. Esto comenzó con la gente que venía al patio de mi casa a reunirse cada 10 de mayo o el día del adulto mayor en diciembre, entonces teníamos que hacer algo en concreto”, explicó.
Cifras oficiales de la Dirección General de Estadísticas y Censo registran una población de 745,874 personas mayores a los 60 años. El 11.22 % del total de población del país, y que en años anteriores el ministerio de Salud impulsó una atención integral que vaya con las necesidades de este grupo poblacional.
“Hoy los jóvenes por el uso de tecnología ya sea personal o de grupo, dejan a un lado al adulto mayor o al abuelo de familia tal vez, él querrá hablar con ellos pero está atrasado en los conocimientos de los jóvenes, entonces ellos se sienten apartados de la familia y luego de la sociedad”, comentó.
Y recordó que algunos de ellos, a veces cuentan su historia en la mañana y en la tarde también la vuelven a contar, y pues a los jóvenes eso no les llama la atención, ellos no están para desarrollar una paciencia como esa, así que junto a otras personas se impulsa la iniciativa y allí estamos trabajando, para hacerla realidad, señaló Galdámez.
El proyecto que podría ser entregado en diciembre del presente año contará con una estructura general: sala de descanso, una cocina y un patio amplio, sombreado por bambúes y árboles de sunza. Así como sillones cómodos, sillas de descanso y una televisión para actividades colectivas para películas o programas informativos sobre salud.
“No es un asilo, ni habrá ingreso permanente, es solo una casa donde pueden ir todos los días a compartir y comer algo sencillo. Nos hemos propuesto dar un café y un pedazo de pan al llegar, porque sabemos que no todos los adultos mayores están en las mismas condiciones económicas que quisiéramos para todos”, agregó Don Chon quien dice sentirse entusiasmado por el proyecto.
“Es un proyecto de largo plazo, lo hemos comenzando nosotros y no sabemos quién lo terminará, porque la vida es larga, pero será un proyecto del que nos sintamos orgullosos”, dijo.
Agregó que “nuestra idea es que ellos se sientan útiles a la sociedad y disfruten, que tengamos algo que darles luego de todo lo que ellos nos otorgaron a la sociedad con su trabajo y conocimiento”.
Este espacio es para que disfruten la última etapa de la vida, y los jóvenes tomen conciencia que en algún momento se estará en las mismas circunstancias.
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