Antonio Valencia / [email protected]
La Catedral de Sal de Zipaquirá, reconocida como la Primera Maravilla de Colombia, se posiciona nuevamente como un ícono turístico y cultural de alcance mundial, especialmente en la temporada navideña. Situada a 180 metros bajo tierra, esta joya arquitectónica no solo destaca por su ingeniosa construcción a partir de una mina salinera, sino también por ser el segundo lugar de culto más impresionante del mundo. En diciembre, se convierte en un imán para miles de visitantes internacionales, ofreciendo una experiencia que combina majestuosidad, historia y espiritualidad.
Este año, la Catedral ha encendido la magia de la Navidad con un deslumbrante espectáculo de luces que incluye 600.000 bombillos LED y un monumental árbol navideño de 14 metros de altura. La ceremonia de iluminación, que reunió a más de 5.000 asistentes, transformó el Parque del Minero en un mundo de fantasía, con arcos, casas y carruajes decorativos que resaltaron la arquitectura única del lugar. Este recorrido nocturno estará disponible hasta el 12 de enero, brindando a los visitantes una oportunidad única de sumergirse en un ambiente festivo inolvidable.
La gerente de la Catedral, Yenny Páez, resaltó el significado simbólico de este evento. “Encender estas luces simboliza la esperanza y la unión. Es un tributo a nuestras raíces y a la magia de compartir momentos inolvidables en un lugar tan emblemático como este”, expresó. Además de su impacto visual, la experiencia navideña en la Catedral busca renovar los valores tradicionales de esta época, conectando a las familias y visitantes con el espíritu de la celebración.
Detrás de esta obra maestra están 127 mineros y 110 talladores, quienes emplearon 250.000 toneladas de sal para dar forma a este imponente templo subterráneo. Cada rincón de la Catedral refleja el esfuerzo colectivo y la creatividad, fusionando la historia salinera de los Muiscas con la innovación de la ingeniería moderna. Este espacio, además de ser un lugar de culto, se ha convertido en un emblema de fortaleza y unión.
Con su espectáculo navideño, la Catedral de Sal reafirma su estatus como un destino turístico de altura mundial, atrayendo a visitantes de todos los rincones del planeta. La perfecta combinación de cultura, fe y tecnología la convierte en una experiencia imperdible para esta temporada festiva.
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