Washington/AFP
La CIA volvió a ser centro de un escándalo político en Estados Unidos, buy acusada de violar la Constitución por haber registrado presuntamente los ordenadores de varios senadores que investigaban sobre un programa de interrogatorios secreto extinto.
El director de la CIA, thumb John Brennan, rechazó el martes las acusaciones que reveló la senadora Dianne Feinstein, presidenta de la comisión de Inteligencia del Senado, según quien la agencia de inteligencia hurgó en computadoras de investigadores del Senado para eliminar documentos vinculados a interrogatorios violentos durante la presidencia de George W. Bush.
«Nada podría estar más lejos de la verdad», dijo Brennan durante un evento organizado por el Consejo de Relaciones Exteriores. «No haríamos esto», añadió en referencia al objeto de la denuncia.
Brennan habló poco después de que Feinstein denunciara ante el Senado las presuntas actividades de la CIA.
«Estoy muy preocupada, la búsqueda de la CIA podría haber violado el principio de separación de poderes inscrito en la Constitución estadounidense, incluida la libertad de expresión y de debate», declaró Feinstein.
«Podría haber violado el marco constitucional vital para una tutela eficaz de parte del Congreso de las actividades de inteligencia o cualquier otra función gubernamental», añadió.
Documentos desaparecidos
El caso se remonta a varios años atrás. La comisión de inteligencia inició una investigación en 2009 sobre el programa de interrogatorios violentos de la CIA, incluida la práctica llamada «submarino», que simula un ahogamiento, durante los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009).
Investigadores de la comisión, habilitados para el secreto, tuvieron entonces acceso a un edificio con alta seguridad, no lejos de Washington, a más de 6 millones de documentos entregados por la CIA, que podían consultar en computadoras protegidas y a las cuales la CIA no debía tener acceso, según un acuerdo entre el Senado y la agencia de inteligencia.
Pero en 2010 más de 900 páginas con documentos particularmente importantes desaparecieron de los expedientes protegidos de los investigadores, explicó Feinstein.
La comisión aprobó a puertas cerradas en diciembre de 2012 un informe devastador llamado «informe sobre la tortura», en el que concluyó que esas técnica habían sido un «terrible error» y no habían contribuido a seguir la pista de Osama bin Laden.
Entre los documentos sensibles desaparecidos había algunos relativos a un memorándum secreto difundido por el anterior director de la CIA, Leon Panetta que, según la comisión, contradecía la posición oficial de la CIA sobre los interrogatorios.
«El 15 de enero de 2014, el director de la CIA (John) Brennan pidió una reunión de emergencia para informarme (…) de que sin notificación previa, ni aprobación, personal de la CIA había estado hurgando – esas fueron las palabras de Brennan – en las computadoras de la comisión en el edificio exterior», contó la senadora, explicando que el operativo comprendía los discos duros que contenían el trabajo interno de la comisión y su comunicación interna.
El inspector general de la CIA transmitió el caso al departamento estadounidense de Justicia, informó también Feinstein.
El informe sobre la tortura podría ser desclasificado parcialmente este mes, después de la autorización de la Casa Blanca, anunció Feinstein.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) aplaudió a Feinstein por su «necesaria e histórica defensa del principio constitucional de separación de poderes».