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“La ciencia para y con la sociedad frente a la COVID-19” para celebrar el Día Mundial de la Ciencia de 2020”1

Blanca Flor Bonilla*

La UNESCO reconoce que la Ciencia es un Derecho Humano que debe ser accesible en su conocimiento y uso por parte de la ciudadanía, subrayando la importancia y relevancia para la vida cotidiana.

Se ha evidenciado que los Estados que recurrieron a la ciencia en las áreas de salud preventiva y curativa para afrontar la pandemia de COVID-19 lograron disminuir sustantivamente potenciales contagios, evitar excesivas y lamentables pérdidas humanas. Algunos ejemplos exitosos basados en las ciencias2 y las tecnologías3 desde el inicio de la pandemia hasta nuestros días, que fueron acompañados por campañas educativas e información de calidad para la prevención por parte de la comunidad científica, han sido:

1. Alemania: logró bajar la mortalidad por identificación temprana de los portadores del virus, frenando la expansión de la enfermedad.

2. Japón: logró una rápida reacción para identificar los focos de infección y proteger a la población más vulnerable, aplicando un enfoque basado en “grupos de brotes”.

3. Singapur: utilizó detectives de enfermedades para localizar dónde había estado el virus en el país, cortando la cadena de contagio desde los focos de infección, permitiendo identificar y aislar individuos -y a todos sus contactos cercanos- oportunamente.

4. Finlandia: instaurando un semiconfinamiento y la prohibición de desplazamientos desde y hacia la capital, y utilizando una aplicación descargable para la ciudadanía.

En El Salvador se abordó la pandemia por COVID-19 desde una estrategia unilateral de aislamiento y no de cooperación y solidaridad con el resto de los pueblos y Estados centroamericanos, negando el carácter integracionista plasmado en el artículo 89 de nuestra Constitución.

Internamente se concentraron y centralizaron las acciones para atender personas enfermas en los hospitales, abandonando el enfoque preventivo de Atención Primaria en Salud debido a su previo debilitamiento, aunado a la destrucción del Comité de Protección Civil que articulaba lo nacional con el nivel departamental, y este con los municipios, desconociendo la capacidad organizativa y de contacto directo con la población por parte de los Gobiernos Municipales, y menospreciando las capacidades o potencialidades de los comités o juntas directivas comunitarias. Adicionalmente, se decidió dejar por fuera a otros actores y sectores importantes cuya participación era necesaria, como las universidades (pública o privadas), el Colegio Médico y las ONG, entre otras.

En el área social, las medidas tomadas facilitaron la violación de derechos humanos a cientos de personas y se propagó de manera acelerada el virus por las concentraciones y aglomeraciones de personas promovidas por la falta de criterios técnicos y científicos. Las niñas y las mujeres han destacado por la violación de sus derechos durante el mal manejo de la pandemia.

No existe evidencia de un solo documento público que las respalde científicamente el manejo de la pandemia en nuestro país. Todo lo contrario, se ha deteriorado la institucionalidad del Estado construida a partir de los Acuerdos de Paz, fomentando la incertidumbre, el odio y el miedo, ocultando o manipulando información. Las críticas constructivas, los consejos y el deseo de aportar por parte de actores e instancias pertinentes y legítimos han sido, cuando menos, despreciados, atacados y desprestigiados.

En síntesis, en nuestro país, la pandemia se ha abordado autoritariamente y de cara a fortalecer un liderazgo que ha deslumbrado a muchas personas, buscando el interés electoral por sobre el bien común y la unidad. En el proceso se ha hecho a un lado la ciencia.

La articulación de los avances científicos entre los países y las diversas áreas de la ciencia permite encontrar soluciones para los persistentes y nuevos desafíos económicos, sociales y ambientales, favoreciendo el desarrollo sostenible en todos los territorios de acuerdo con sus propias realidades y capacidades construidas en lo local, producto de la inversión en educación, ciencia y tecnología.

Adicionalmente, es fundamental articular estrechamente el avance en educación, ciencia y tecnología moderna con la sabiduría indígena conseguida tras una larga y estrecha interacción con la naturaleza, haciendo integrales los sistemas de conocimiento humano. No es ningún secreto que el conocimiento y las prácticas de los pueblos originarios en diversas partes del globo han sido utilizadas como insumos para el desarrollo de la ciencia occidental y el avance en los tratamientos médicos.

El Parlamento Centroamericano como institución política de la integración regional tiene un enorme desafío para abordar estas grandes problemáticas de nación de forma solidaria, articulada y propositiva para nuestra niñez y nuestro futuro.

*Luchadora social y diputada del PARLACEN


  1. La ciencia para y con la sociedad frente a la COVID-19, UNESCO. 6 de noviembre 2020.

2. Universidad Johns Hopkins y autoridades locales, de acuerdo con BBC: poner el link acá.

3. DW: https://p.dw.com/p/3ksjS, consultado el 07/11/20

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