@Antovalf
El partido Nuestro Tiempo eligió el pasado 12 de marzo a las autoridades que integrarán su nuevo Consejo Directivo. Ramiro Navas, actual Director de Organización de dicho instituto, ha sido electo para continuar ejerciendo su cargo en la planilla encabezada por Andy Failer.
Diario Co Latino conversó con Navas sobre el proceso interno y su visión de cara a las elecciones presidenciales, legislativas y municipales del año próximo.
– ¿Cuál cree que será el principal desafío de la nueva dirección de Nuestro Tiempo?
En unas condiciones como las que vive El Salvador actualmente, los desafíos son variados y complejos. Por una parte, está la profunda crisis de la vida que ha enfrentado este país desde hace muchos años, con las ya sabidas implicaciones en aspectos como la seguridad ciudadana, la economía y el trabajo. Toda fuerza política que sea responsable debe entender que su primer desafío es plantear una alternativa en el marco de esta misma crisis para lograr revertirla. Luego viene un desafío más propio, que será el de articular a NT como una fuerza suficientemente creíble y sólida en un escenario donde hay poca credibilidad hacia los partidos en general, y una persecución sistemática a las fuerzas opositoras.
– La nueva dirección de NT será integrada por una mayoría de perfiles jóvenes. ¿Puede eso influir para que un partido pueda aumentar su credibilidad?
Sin duda es un factor que queremos que influya, seremos el primer partido cuyo máximo órgano de dirección esté integrado casi por completo por personas menores de 40 años, pero no podemos tampoco asumir que todo lo joven es bueno nada más por ser joven. Debe haber un balance no solo de capacidades sino de experiencia, de vivencias. Ahora bien, también entendemos que esta crisis de credibilidad no es exclusiva de los partidos tradicionales, sino que se extiende a partidos más recientes. Hasta el partido del actual presidente tiene números mucho más bajos de los que se esperaría de un partido con todas las facilidades como las que tienen. Pero una base del modelo de sociedad que hemos asumido en El Salvador es la existencia de los partidos, y por eso tenemos un compromiso con dignificar el ejercicio de la política involucrando a la gente de a pie, la gente decente.
– Cuando Andy Failer anunció su voluntad de presidir Nuestro Tiempo se refirió a una estrategia de alianzas. ¿Qué tipo de alianzas aspiran a construir?
El tema de las alianzas es sustancial para un partido como NT, porque en el fondo el mismo partido es una alianza. Desde un principio hemos integrado perfiles con tradiciones de pensamiento diferentes, pero con la visión común de que solo impulsando un profundo proceso de diálogo para construir un nuevo pacto social vamos a transformar la realidad salvadoreña. Y justamente fue por eso que con un grupo de compañeros le pedimos a Andy que asumiera el reto, para avanzar en ese camino que Juan Valiente, nuestro presidente saliente, ya había empezado. En primera instancia queremos ofrecer a NT como una plataforma en la que diferentes fuerzas sociales puedan tener espacios abiertos para impulsar sus banderas. Pero además entendemos que la oposición partidaria también debe tener sus puentes tendidos, y estamos explorando la viabilidad de construir coaliciones. Todo eso lo iremos comunicando a medida que avancemos.
– ¿Tienen identificados perfiles para candidaturas de cara a 2024?
Hemos estado trabajando en eso, por supuesto, pero siempre hemos sostenido que antes de pensar en las caras hay que ponerle atención al cerebro y al corazón de nuestra propuesta electoral. No solo Nuestro Tiempo, sino todas las fuerzas democráticas. La llamada oposición puede caer en el error de asumirse esa palabra y creer que su función es nada más estar en contra del gobierno, y ese podría ser un error carísimo no solo para los partidos sino para la sociedad. El reto de la oposición debe ser trascenderse a sí misma y convertirse en alternativa. Eso implica tener un horizonte claro, medir con realismo los tiempos, tener claridad de los alcances, pero sobre todo hacer una propuesta de nación que sea convincente y creíble. ¿Cuándo fue la última vez que la gente votó por esperanza? En algún momento debemos dejar de elegir entre los “menos peores” y empezar a elegir porque hay un proyecto que sí puede transformar el país. Y transformarlo hacia la felicidad y la dignidad.
– ¿Cuál será entonces su apuesta electoral?
Lo definido hasta el momento es que nos concentraremos en los territorios donde tuvimos un desempeño electoral proporcionalmente favorable en 2021. A nivel legislativo fuimos la tercera fuerza en ciudades como San Salvador, Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán. En nivel municipal también fuimos tercera fuerza en la capital. Eso nos quiere decir que nuestro mensaje ha tenido eco precisamente en esa amplia clase media que comprende que el país marcha en el rumbo equivocado. Le queremos hablar prioritariamente a esa clase media que merece una alternativa diferente y mejor que el bukelismo. Sobre la base de eso definiremos en cuáles municipios y departamentos inscribiremos candidaturas.
– Existen voces que han planteado que si la oposición participa en la elección presidencial estaría avalando una eventual reelección. ¿Cuál es su postura con respecto a participar?
El tema con la campaña presidencial es que no se le puede dejar a un régimen antidemocrático llevarse todo el Estado sin oponer resistencia. Puede verse como opción, pero no nos parece lo más responsable. Todo espacio que se le pueda disputar hay que hacerlo. Además, si Nuestro Tiempo o cualquier partido opositor inscribe una candidatura no está violando ninguna ley, es el actual presidente el que debería cuestionarse quién viola la Constitución al torcer las interpretaciones para inscribir como candidato a alguien que claramente está inhabilitado para hacerlo. Nosotros como NT vamos a asumir con responsabilidad nuestro deber de plantarle cara a este proyecto antidemocrático con una candidatura que señale sus errores pero que también proponga alternativas.
– Hace un momento se refería a que el país enfrenta una “crisis de la vida”. ¿Cómo están interpretando esa crisis?
Hay crisis de la vida cuando los alimentos están cada día más caros. Hay crisis de la vida cuando cada vez hay menos horas de sueño si se quiere llegar temprano al trabajo. Hay crisis de la vida cuando familias siguen desintegrándose, algunas para siempre, con miles y miles cruzándose las fronteras hacia Norteamérica. Hay crisis de la vida cuando la única forma en la que podemos sentir que hay “seguridad” es cuando los cuerpos represivos del Estado tienen que acordonar los territorios y tienen luz verde para tratar a los inocentes tal cual como trata a los culpables. No podemos ignorar que el gobierno actual goza de una considerable popularidad precisamente por el cansancio de la población con esta crisis que nunca se resuelve, pero lo cierto es que la medicina ha demostrado no solo su incapacidad de remediar la enfermedad, sino que la ha agudizado. Un analgésico te puede aliviar un dolor de cabeza, pero si el padecimiento es más grave la solución debe atender todo el sistema, no solo los síntomas.