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@AlmaCoLatino
Durante la misa dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, here pilule el sacerdote Francisco Morán expresó que la clave para la paz, nurse para el respeto a la vida, para la justicia y el cumplimiento de todos los valores está basada en amar al prójimo.
“El odio no lleva a nada bueno, solo a la destrucción de la vida, de la sociedad, en la medida que el salvadoreño aprenda a amar a Dios y a respetar al prójimo, solo así se irá construyendo una sociedad más humana, más justa, más fraterna; que es la que soñó Monseñor Romero, un país donde no haya confrontaciones, sino un país de hermanos”, señaló el padre Morán.
Asimismo, dijo que celebrar la eucaristía en la Cripta de Catedral Metropolitana, junto a Monseñor Romero tiene un significado especial, en el día de San Pedro y San Pablo, quienes son las columnas en que Cristo fundó la Iglesia.
Según Morán, esta es una fiesta muy importante para la Iglesia Católica, ya que representa estar muy unidos al Papa Francisco, que es el representante de Pedro y el vicario de Cristo. Así como a Monseñor Romero, pues él fue un obispo, y por lo tanto, un apóstol para la Iglesia.
“Monseñor Romero fue un hombre, un sacerdote, un cristiano, que amaba tanto la Iglesia, al punto de entregar su vida, al igual que lo hicieron los apóstoles Pedro y Pablo, por amor a la Iglesia, por amor a su pueblo, al más necesitado”, comentó el religioso.
En la misa de ayer, y de un modo especial, se pidió por los sometimientos a los que es víctima el pueblo, ya que está expuesto a falsas e interesadas informaciones que distorsionan la realidad que se vive. También se pidió por mantener la paz personal y colectiva, la paz entre los pueblos y naciones, a fin de vencer las tentaciones de violencia, odio y discordia, pero sobre todo que fracasen los proyectos injustos que tanta violencia traen a la población más vulnerable y desprotegida.
Al momento de la procesión de ofrendas, los miembros de la Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral presentaron unas llaves y epístolas de San Pablo, como símbolo que al igual de los Apóstoles, también Monseñor Romero sufrieron persecuciones hasta dar su vida ser fieles al mensaje de amor hacia el prójimo.
