Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“A la rrurru niña, a la rruru ya, duérmase mi niña, duérmase me ya” dice Ashley, de 6 años, mientras vierte “polvos mágicos en Cenicienta (Darlyng de 8 años) que duerme plácida en el suelo”. La puesta en escena de la obra pertenece a La Colmenita, que enfoca su trabajo en la diversión, música y la construcción de valores a través, de la convivencia social.
Sin importarles el calor de 36º grados que afecta en el municipio de Jiquilisco, Usulután, más de 35 niños y niñas, de 6 a 15 años de edad, participan activamente previo al ensayo de la obra, a cargo de Daniela Alas, Técnica de La Colmenita y actriz graduada diplomada del Centro Nacional de Artes (CENAR).
“A ellas y ellos los preparamos emocionalmente para la disposición que deberán tener para entrar al ensayo, y entrar en un juego pero más en serio. La Colmenita es un tesoro que nos han entregado, porque los niños y niñas, más allá que aprendan técnicas de teatro, a cantar, a bailar, se logra que tengan valores, algo que hemos perdido. Aprenden a respetarse, a colaborar con otros y hacer el bien”, expresó.
Alas es apoyo de los maestros cubanos, que tienen a cargo también la parte creativa, logística y administrativa. Asimismo evalúa a los futuros responsables del proyecto en ese lugar para cuando los cubanos partan del país.
“Es toda una técnica, pero lo que me ha sorprendido es que ninguno de ellos ha estudiado actuación como tal, han sido madres que han estado dentro de La Colmenita, maestros de educación física, maestros académicos o sea, ellos y ellas buscan inducir a los niños y niñas al juego, es una gran técnica de teatro donde es el juego lo primordial”, reseñó.
“Muestra un rostro de asombro, así como que algo que te dejó impactado”, indica José Armando Altízar Ríos, profesor de Educación Física e instructor de La Colmenita, quien explica de forma rápida que la Compañía Infantil de Teatro no se caracteriza por buscar actores, ni actrices o bailarines sino que, fortalecer la entrada de niñas y niños de forma inclusiva mediante las herramientas que les brinda el arte del teatro, que le consideran la “madre de todas las artes”, para formar valores en la niñez.
“Los niños y niñas se han adaptado. No diremos que ha sido fácil porque no hay una experiencia anterior en esto, muchos niños y niñas nunca han estado en una puesta en escena de teatro infantil, porque les queda un poco lejos este tipo de espacios; o no forman parte de sus conocimientos habituales. Por ahora están chocando muchos adolescentes porque les da un poco de vergüenza y tenemos que vencer todo eso; pero creo que si esto se mantiene al cabo de los años y todas las personas sepan que es La Colmenita, si solo asisten, verán un teatro infantil y si son actores vendrán a jugar, hacer teatro y vivir en libre convivencia”, manifestó.
Altízar es de la opinión que las experiencias que deja La Colmenita, contribuirían a crear espacios donde la niñez salvadoreña crezca en entornos lejos de la violencia.
“El Salvador es privilegiado porque tuvo a una persona como Monseñor Romero, una persona que dejó un legado tremendo, que se puso del lado de los pobres sin temor a perder la vida, ese es un ejemplo, lo estamos aprovechando con frases de Monseñor Romero para que los niños lo vayan interpretando y que ellos crezcan en el bien, con buenas acciones y crecer en comunidad, en colectivo y ayudarse mutuamente”, afirmó el cubano.
La Colmenita llegó al país por una petición expresa del Presidente de la República Salvador Sánchez Cerén, quien conoció del proyecto y la incidencia sobre los valores humanos y éticos, entre la niñez y adolescencia.
“Vino una guionista nuestra que dejó una serie de obras que estamos tratando de poner en escena, en El Mozote (Morazán) montaremos dos obras La Cucarachita Martina y otra que tiene que ver con lo que ocurrió ahí. Nosotros vamos a contribuir daremos un aporte modesto a ese cambio que quiere el Presidente Salvador (Sánchez Cerén) vamos aportar y junto a todos los que quieran hacerlo también, desinteresadamente a este proyecto, porque el pueblo lo merece y este pueblo salvadoreño es tan grande -tú pasas por la calle- y con una sonrisa te dan los buenos días, las gracias, son un pueblo tan agradecido y noble que merece cualquier esfuerzo que se haga por la paz y convivencia, porque es duro que haya violencia con un pueblo tan noble como este”, expresó Altizar.
La Colmenita trabaja con grupos de infantes y adolescentes en las sedes de las Casas de la Cultura y Convivencia, Alma Benavides Duanes, Coordinadora de la Casa de la Cultura de Jiquilisco, Usulután, comentó que La Colmenita es un concepto nuevo, porque las niñas y niños de la zona no habían experimentado una actividad como el teatro.
“Hay cositas que le está costando un poco, entonces les digo a los maestros y padres de familia que los comprendamos, les ayudemos a seguir, porque están emocionados de pertenecer a La Colmenita, si todos los niños y niñas que vienen de una comunidad; así que preparamos todo el trámite para su transporte y me los mandan todos los miércoles, algunos vienen desde las escuelas, otros de las comunidades hay dos niñas que las voy a traer a un colegio en la carretera”, acotó.
En cuanto a la participación de madres y padres de familia, Benavides reiteró que se encuentran trabajando con los familiares adultos a ser partícipes junto a sus hijas e hijos, haciendo conciencia sobre crear espacios de recreación, lejos de situaciones de violencia.
“La Colmenita es un proyecto social que contribuye contra la violencia, aquí vienen niñas y niños de lugares bastante difíciles o lejanos, y al venir ellos acá todo cambia, están fascinados unos que tienen papeles protagónicos es una atmosfera de felicidad y vienen con mucho entusiasmo, aquí tienen más amistades y un cambio de conducta, el respeto y la colaboración”, señaló.
Verónica de Acevedo es madre de Ayme de 10 años, invitada por La Colmenita, participa en la puesta en escena de “Caperucita Roja” en la ciudad de Zacatecoluca, donde integra un grupo de cerca de 35 miembros entre infantes y adolescentes.
“Creo que es un proyecto bastante integral además, las niñas reciben clase de danza y actuación creo que con esto terminan de formarse es un panorama más amplio y solo espero que este proyecto se mantenga, que no lo vayan a cerrar porque es una iniciativa única que está dando el gobierno y también, otros sectores deberían contribuir para alejar a nuestros niños y jóvenes de la violencia; aquí las niñas han venido hacer amigos y amigas, me gusta que las Casas de la Cultura se hayan transformado de solo ser lugares para la lectura en un espacio más integral, porque tenemos clases de música, pintura y el proyecto de La Colmenita es teatro y danza”, opinó.
Ashley junto a Darlyng o al grupo de amigas comparten su refrigerio y su amistad sentadas en el suelo sacan su tablero de “No te Enojes”, lanzan el dado al aire y comienzan reír, al preguntarles lo que les gusta de La Colmenita no dudan, ni un segundo en decir a coro “Aquí nos gusta estar porque la pasamos felices jugando y cantando”, aseguraron.
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