Katowice / AFP
Anna Pelegri
Los Estados más vulnerables al cambio climático, así como varios países desarrollados y ONG redoblaron el jueves la presión para que la COP24 alcance un acuerdo que permita contener el calentamiento, en la recta final de esta cita crucial que se celebra en Katowice.
Reunidos en esta ciudad polaca, unos 200 países están llamados a elaborar las reglas de aplicación del Acuerdo de París, destinado a limitar el cambio climático, que según informes científicos cada vez más alarmantes pone en peligro el futuro de la humanidad.
Frente al riesgo de su propia «extinción», medio centenar de países que representan más de 1.000 millones de personas, desde Costa Rica hasta Nepal pasando por los pequeños Estados insulares como Fiji, exhortaron a «todas las partes a unirse contra una conclusión mediocre de la COP24», según dijo la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine, en un mensaje de video.
Paralelamente, países como España, Francia, México y Argentina, así como la Unión Europea, se unieron para subrayar la urgencia de actuar ante un planeta que, con un aumento de 1 ºC, ya está registrando condiciones extremas, como sequías, inundaciones y olas de calor.
– Alianzas de último minuto –
Estos países firmaron un comunicado en nombre de la «Coalición para una Gran Ambición», una iniciativa que surgió en las últimas horas de la COP21 de 2015 en París para incitar al resto de la comunidad internacional a lograr un acuerdo histórico.
«Esto prueba que hay una inquietud muy fuerte de un gran número de Estados que quiere salir de aquí con una verdadera dinámica adoptada por todos los países del planeta», dijo a la AFP David Levaï, del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales de Francia.
El estancamiento de las negociaciones – marcadas además por un contexto geopolítico desfavorable, especialmente por la retirada anunciada del Acuerdo de París de Estados Unidos y las dudas sobre la política climática del futuro presidente de Brasil, Jair Bolsonaro -, llevó a la presidencia polaca de la COP24 a nombrar a un grupo de ministros como facilitadores.
Su cometido, avanzar en los dos principales objetivos de la cita: elaborar las reglas de aplicación del Acuerdo de París y estudiar un aumento de las metas nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
– Avances «desiguales» –
«Ha habido avances desiguales», reconoció el jueves la ministra española de la Transición Ecológica y facilitadora Teresa Ribera. Pero «no hay nada que impida llegar a un acuerdo completo: el nivel de madurez y de voluntad es suficientemente elevado».
Reconoció que uno de los temas más complejos es la polémica desatada por un grupo de países encabezados por Estados Unidos que rechazaron aceptar el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que advirtió de las consecuencias nefastas que tendría para el planeta un aumento superior a 1,5 ºC.
«No debería ser así porque esto tiene que ver con la ciencia», defendió.
El Acuerdo de París contempla limitar el calentamiento por debajo de 2 ºC e idealmente a 1,5 ºC. Pero incluso si se aplicaran las metas nacionales de reducción de emisiones actuales, la temperatura se elevaría a más de 3 ºC.
– ¿La COP25 en Costa Rica? –
«Los ciudadanos del mundo esperan que cada país, después de leer este informe» del IPCC, «se comprometa inmediatamente a hacer más», dijo Jennifer Morgan, codirectora de Greenpeace.
Las poblaciones «ya no están a la espera de que haya un consenso global: denuncian a sus gobiernos, a las grandes empresas contaminantes, bloquean carreteras y puentes, organizan huelgas en las escuelas, y esto es solo el principio», previó Morgan.
Símbolo de la movilización de la sociedad civil, la adolescente sueca Greta Thunberg hizo un llamamiento desde la COP24 para que otros ciudadanos del mundo sigan su ejemplo y se manifiesten este viernes ante las sedes de los parlamentos.
Otra cuestión pendiente de resolver, la sede de la COP25 en 2019, después de que Brasil rechazara acoger la cita. Costa Rica es un firme candidato, pero según Pascal Girot, miembro de su delegación, «el asunto todavía se está discutiendo» entre los países latinoamericanos.