Carta Económica
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En los artículos anteriores se ha presentado la problemática real de la deuda en nuestro país y la necesidad de una auditoría de la deuda, como resultado de procesos de corrupción conocidos en el manejo de muchos de los préstamos que conforman esta deuda o en las operaciones financieras que han implican los mismos, donde han participado funcionarios del Estado, de las empresas privadas que han implementado los proyectos o han hecho las negociaciones financieras, también los mismos organismos financieros que han financiado al país por el tipo de contrato que han hecho que El Salvador firme y por no haber hecho la supervisión adecuada y permitir los hechos de corrupción de parte de los funcionarios o de las empresas negociadoras de los financiamientos, lo cual ha implicado una violación a las leyes secundarias y a la Constitución de la República.
La semana pasada, se analizó de forma detallada el tipo de deuda que tiene nuestro país, y se hizo una estimación del saldo de la deuda total (deuda país), con lo cual se dejó claro que ha existido un proceso de endeudamiento perverso para financiar el gasto corriente y proyectos de inversión los cuales algunos nunca se realizaron o se sobre financiaron, esto ha llevado al país a un círculo vicioso de endeudamiento; en el cual se contrata deuda para pagar más deuda e intereses, los cuales se capitalizan, por lo tanto, es importante que de manera urgente se realice una auditoría de toda la deuda del país a fin de disminuir esta problemática. Cabe señalar que El Salvador se encuentra en situación de default (incapacidad de pago), que técnicamente ya existe desde la primera década del presente siglo, pero esta se ha disfraza con el mecanismo perverso de seguir endeudándose para pagar los intereses y el principal del servicio de la deuda.
En este artículo se analiza el caso de los Eurobonos, se presentarán una serie de casos concretos que tienen diversas irregularidades y que demuestran la necesidad de realizar una auditoría de esta deuda; es así que se abordará una de las fuentes de financiamiento externo a la que ha recurrido el Estado en los últimos años para resolver la problemática del gasto corriente, la emisión de bonos colocados en el mercado de valores. En particular, se han emitido un tipo especial de bono denominado Eurobono, que son valores de deuda de largo plazo negociados en dólares, en los que el Estado se compromete a pagar a los inversionistas la cantidad nominal prestada al vencimiento y pagar los intereses en forma periódica a lo largo de la vida del bono.
Es de conocimiento público que la economía salvadoreña funciona sobre una gran dependencia del ahorro externo, esto a partir de flujos de deuda, ya que luego del establecimiento de la dolarización en el año 2001, se recurrió al financiamiento externo a partir de la emisión de bonos colocados en los mercados de valores, por la acumulación de LETES que tenía el Estado los cuales ya no podía seguir refinanciándolos en colones. Los bonos colocados poseen características singulares, en tanto son valores de deuda de largo plazo negociados en una moneda-divisa, en este caso dólares.
A diciembre de 2015, el saldo de la deuda de la emisión de Eurobonos era de $5,640 millones, lo que representa el 46.3% de los $12,163 millones de deuda del sector público no financiero (sin incluir la deuda de fondos de obligaciones previsionales). Las primeras grandes emisiones de Eurobonos se dieron entre el año 2001 y 2003, con un monto de $1,300 millones, en dos emisiones: los EUROSV2032 por $500 millones y los EUROSV2023 en dos tramos de colocación por $800 millones.
Este instrumento financiero posee una característica particular que lo vuelve atractivo en el corto plazo, pero se vuelve una trampa de endeudamiento para el emisor, en este caso el Estado salvadoreño, si los fondos frescos no son utilizados para inversiones de capital que permitan mejorar las finanzas públicas.
Dado que la totalidad del monto del bono se paga a su vencimiento, el pago semestral que se realiza a los tenedores de Eurobonos se dedica completamente a intereses. La amortización final del bono, considerando los montos, se han cubierto generalmente con una nueva emisión de bonos. Es decir que la emisión de los Eurobonos plantea una estrategia de financiamiento caro, con fuertes implicaciones financieras negativas de muy largo plazo. Así, cuando una emisión de bonos se vencía en 2011 por un monto de $653.5 millones, se realizó una nueva emisión por el mismo monto con vencimiento a 2041.
De esta manera se expande la trampa de la deuda, a partir de los mercados financieros y la emisión de Eurobonos. La posibilidad de financiamiento de corto plazo los hacen útiles para cubrir necesidades financieras inmediatas como el gasto corriente del Estado. Pero en el largo plazo, siendo montos tan grandes para las capacidades de la hacienda pública, estas emisiones se han convertido en un mecanismo de endeudamiento sin salida y una fuente de rendimientos constantes para inversionistas tenedores de bonos, donde se esconden de las fluctuaciones de los mercados financieros.
El financiamiento mediante la emisión de Eurobonos necesita un constante aumento de los montos de emisión, si entre 2001 y 2003 fueron $1,300 millones, mientras que entre el 2004 y 2009 el monto total de las emisiones asciende a $2,086.5 millones y entre 2009 y 2014, de $2,253.5 millones. Si la política de financiamiento no cambia, los plazos del vencimiento de los bonos pueden complicar los escenarios de liquidez del sector público, agudizando la situación actual.
El uso de este mecanismo de financiación se agudizó a partir de la emisión de bonos de 2001-2002. Los intereses y comisiones pagados por los Eurobonos fue de $2.33 millones para 1999, de $19.88 millones en 2000 y $19.39 millones en 2001, para dispararse desde 2002 con un pago de $105.4 millones. En el 2014 se pagó más de $357.42 millones en cupones de bonos.
Las emisiones de los bonos se han realizado en el mercado primario de Luxemburgo, con tasas de cupón fijo entre 5.875% y 8.25%, tasas muy altas dadas las bajas tasas de interés en los mercados financieros internacionales; los plazos varían entre los 10 y 30 años. Entre los administradores más frecuentes de los Eurobonos emitidos son Citigroup, JP Morgan, Credit Suisse First Boston y Deutsche Bank Securities. El vencimiento más cercano de la emisión de bonos es a 2019, por un monto de $800 millones. La última emisión fue del 2014 por un monto de $800 millones que vencen el año 2027.
Con la estructura de administración de los Eurobonos, el cupón fijo semestral implica que al vencimiento de los bonos, hasta ahora emitidos, significará que al final del período de estos que será el año 2027, se habrán pagado $9,351.6 millones en intereses, sin que haya ninguna reducción del capital principal, de modo que la deuda de $5,640 millones se convertirá en $14,991.6 millones. Es decir que se debe pagar más por los intereses devengados que por el principal prestado. Al 30 de diciembre de 2015 se han pagado 3,791.72 millones de dólares en intereses de los bonos vigentes.
De los Eurobonos emitidos entre 2002 y 2003, en concepto de intereses se ha pagado hasta el año 2015, un monto mayor a la deuda nominal contratada y todavía faltan ocho y trece años respectivamente, de acumulación de pago de intereses antes de la fecha de maduración. Es decir, que durante los próximos años seguiremos pagando por la rentabilidad de unos cuantos inversionistas sin que el monto principal de la deuda se vea reducida, aun cuando lo pagado ya excede el monto contratado. A una situación similar se acercan los Eurobonos emitidos entre 2004 y 2006, de los que ya se han pagado más de tres cuartas partes de la cantidad contratada, solamente por concepto de intereses.
La negociación en mercado primario de Luxemburgo permitió que las emisiones salieran al mercado a descuento, compradas por inversionistas privados para luego negociarla en el mercado secundario salvadoreño a un valor arriba del par. En esta segunda negociación, los compradores eran los fondos de pensiones, de modo que el sobreprecio generado por la intermediación de estos inversionistas generaba una salida de pago de parte de los ahorros de los cotizantes. Esta práctica recurrente en las emisiones anteriores a 2009 implica un monto por diferencial de precio de $141,824,905.
En el contrato de emisión de bonos se establece que el Estado salvadoreño debe enfrentar las obligaciones financieras adquiridas con la emisión y en caso de no poder pagar los cupones o los principales al vencimiento, el FMI funcionará como garante de la obligación. Así, el FMI establecería las condiciones para un préstamo al Estado salvadoreño para que los flujos de efectivo sirvan para pagar los valores en el mercado bursátil.
Ya se ha observado la forma en la que opera un acuerdo de esta naturaleza. En 2009, el FMI acordó con el Gobierno salvadoreño unos fondos Stand-by como medida precautoria a la falta de liquidez del sector público. Para tener posibilidad de contar con dichos fondos, el gobierno se vio obligado por las autoridades del FMI a un programa de recortes en su política social, principalmente en las estructuras de subsidios y una meta de déficit fiscal inferior al 3% del PIB. Este tipo de acuerdos en todos los países donde se han firmado, ha implicado políticas recesivas y por lo tanto crisis económicas, con un gran costo social, que ha llevado a la renuncia de ministros, presidentes, primeros ministros y pérdidas de partidos del control de los gobiernos.
En un contexto que las expectativas de la tasa de interés de referencia estadounidense están al alza una salida de este tipo implicaría, además de las condicionalidades propias del FMI, un préstamo con tasas de interés altas, esto es, un mayor pago por el servicio de la deuda a futuro. Estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso Estadounidense dan cuenta de una tasa de 3 meses al 4% y para 10 años a 5.9%. Con una prima de riesgo de El Salvador con respecto a Estados Unidos de 452 puntos básicos, el costo financiero de un préstamo del FMI, bajo tasas de mercado, podría oscilar entre 8.52% y 10.52%.
Sin embargo, si se plantea una alternativa de recompra de bonos, el contexto de aumento de tasas de interés puede impulsar una baja del precio de los bonos. En el gráfico siguiente se muestra el precio promedio ponderado de las emisiones de eurobonos de El Salvador (exceptuando la última emisión) y la relación con la tasa de referencia LIBOR USD a 6 meses. La relación inversa entre el precio de los bonos y la tasa es explicada en tanto al incrementar las tasas de interés estadounidenses los capitales verán más atractivo invertir en esos mercados y la demanda de bonos tendería a disminuir. Con las estimaciones de los movimientos de las tasas de interés se podría esperar que el precio de los Eurobonos alcance un rango entre el 85.92% y 74.49%, lo que significa una recompra de los bonos por un rango entre $4,158.26 millones y $3,605.48 millones una deuda nominal de $4,839.96 millones (sin tomar en cuenta la última emisión de $800 millones). Y esta desvalorización de los Eurobonos podría ser mayor, si al darse esta situación en lugar de negociar con el FMI nos declaramos abiertamente en incapacidad de pago o default.
Fuente: Elaboración propia con base a datos de BVES.
De lo anterior, podemos decir que el mecanismo de funcionamiento de los Eurobonos es financieramente insostenible. Cada colocación implica un pago periódico solo de intereses, mientras los montos de la colocación suman al acumulado de deuda. Esto implica un continuo gasto financiero estéril que desvía recursos que el Estado debería utilizar en el desarrollo de las fuerzas productivas.
Los Eurobonos como ya se mencionó, son una salida fácil de financiamiento en el corto plazo porque inyectan buenas cantidades de efectivo. Sin embargo, siendo los pagos no amortizables, los bonos a maduración requieren una fuerte salida de efectivo de parte del Estado, que generalmente se cubre con una nueva emisión, sin que este nuevo endeudamiento se traduzca en beneficios a la población, sino que alimenta las esferas financieras rentistas y especulativas, nacionales y transnacionales.
Así los Eurobonos son uno de los instrumentos de mayor costo financiero. Por un monto de obligaciones totales de $5,639.9 millones, el Estado debe pagar $9,351.6 millones solo de interés. Es decir que se pagará casi el 200% de la deuda en intereses.
Aspectos Jurídicos de las emisiones de Eurobonos 2023
Este apartado trata acerca de las Emisiones de Bonos del 17 de Octubre de 2002 y del 25 febrero de 2003, aprobadas por la Asamblea Legislativa, acá demostraremos cómo este tipo de deuda viola las leyes secundarias y la Constitución de la República, por lo cual son ilegítimos, es por eso que exigimos se haga una auditoría más a fondo de la hecha por nosotros, y proceder a corregir la ilegitimidad de estos instrumentos financieros y, por lo tanto, quitarnos la mayor carga financiera posible de este mecanismo especulativo que irresponsablemente han adoptado en la política financiera del Estado, para el manejo de la crisis de incapacidad de pago y la crisis de insolvencia que viene viviendo recurrentemente desde el año 2000.
Se analizan dos aspectos:
1. Cláusulas inconvenientes para los intereses del Estado salvadoreño y vicios de inconstitucionalidad.
2. Posible comisión de delitos.
1. Cláusulas inconvenientes para los intereses del Estado salvadoreño con vicios de inconstitucionalidad .
El siguiente cuadro muestra algunas cláusulas de los contratos de los Eurobonos que van en contra de los intereses del Estado salvadoreño.
2. Posible comisión de delitos.
En el cuadro siguiente se muestran algunos de los delitos en que se puede incurrir con la emisión de Eurobonos.
Queda demostrado cómo este tipo de financiamiento es un mecanismo perverso de financiamiento donde el gran perdedor es el Estado salvadoreño y, por lo tanto, el pueblo salvadoreño que paga estas perversidades financieras con los impuestos que representan ya una carga que empobrece a los hogares salvadoreños ( sean pobres o de sectores medios de ingreso). Además, por los altos costos de intereses, significa un continuo gasto financiero que el Estado sacrifica en el desarrollo de las fuerzas productivas.
De igual forma se realizó un análisis jurídico de dichas emisiones en las cuales se observan algunas irregularidades que van desde vicios de inconstitucionalidad, posible comisión de delitos y algunos inconvenientes que van contra los intereses del Estado salvadoreño, esto debería obligar a las autoridades de tomar con toda seriedad esta denuncia que estamos haciendo, para que abran una auditoria de esta deuda, de no hacerlo terminarían en complicidad con esta herencia que han dejado las administraciones de ARENA y el Gobierno de Mauricio Funes.
En la próxima entrega se analizarán las diversas irregularidades en el caso de los préstamos destinados al proyecto de construcción del bulevar Diego de Holguín.