Nueva York / AFP
John Biers
Algunos tenían poco más de 20 años y se disponían a ingresar en el mercado laboral en 2008, pero la crisis financiera y la ola de quiebras de empresas obstaculizaron sus ambiciones y acabaron con su fe en el futuro y el sistema.
Esta crisis, la peor desde la Gran Depresión, ha desmotivado a gran parte de esta generación, pero también ha despertado su conciencia política, lo que los llevó a unirse en grandes números al movimiento «Occupy Wall Street» («Ocupar Wall Street»).
Esta respuesta popular contra la corrupción, los lobbies y la impunidad en las finanzas nació en septiembre de 2011 en el distrito financiero de Manhattan, base de grandes instituciones financieras estadounidenses y mundiales.
Laura Banks, de 31 años, recuerda recorrer sin éxito ferias de empleo en tiempos de crisis. Sus amigos se habían quedado repentinamente sin trabajo. Su padre, abogado, luchaba por encontrar clientes.
«Sentimos que estamos atrasados», dice Banks, quien ahora es gerente de proyectos de la firma Express Scripts en St. Louis. Se casó el año pasado pero aún no ha tenido hijos, en parte por miedo a otra crisis financiera.
Sus temores se multiplicaron cuando el banco le ofreció a ella y a su marido un crédito hipotecario cuatro veces mayor a la suma solicitada. Entonces, volvieron a su mente imágenes de familias desalojadas de sus hogares porque no podían pagar el préstamo.
Laura es parte de la generación nacida entre 1980 y 1996, llamada «Millennial», uno de los principales blancos de los anunciantes.
Sin embargo, este grupo está agobiado por los préstamos estudiantiles, ya que los jóvenes han tenido que extender su estadía en el hogar paterno después de la universidad por falta de trabajo debido a la crisis.
– ¿Generación perdida? –
Este grupo también está en riesgo de convertirse en una «generación perdida», advirtió la Reserva Federal de St. Louis en un informe publicado en mayo que reveló que la acumulación de riqueza por parte de los Millennials está rezagada en relación a los estándares históricos para las personas de entre 20 y 30 años.
«Desafortunadamente, esta generación todavía era demasiado joven en 2008 para haber sacado un préstamo inmobiliario o tener una cartera de acciones que cotizan en bolsa, activos cuyo valor se ha apreciado mucho en los últimos años», lamenta la Fed. Por lo tanto, su riqueza no ha sido apalancada dice el informe.
La crisis financiera de 2008 impactó más sobre los jóvenes adultos, porque no había forma de recuperarse de la deuda que adquirieron para educación, automóviles y tarjetas de crédito.
La deuda que antes de la crisis se pagaba en diez años, ahora se extiende para algunos a más de 20 o 30. El monto de la deuda estudiantil, de acuerdo con los organismos encargados de controlarla, se ubica ahora en más de 1.000 millones de dólares.
La abrumadora deuda estudiantil fue uno de los gritos de protesta de Occupy Wall Street, que denunció un sistema que benefició al «uno por ciento» de la población a expensas de todos los demás.
El grupo tuvo su mayor visibilidad durante la ocupación de casi dos meses del Parque Zuccotti en el bajo Manhattan, antes de que la policía desalojara a los activistas y retirara las tiendas en noviembre de 2011.
Aunque hoy tiene un perfil más bajo, Occupy Wall Street tiene presencia en Twitter, donde promociona políticas medioambientales, critica la gentrificación (proceso de urbanización que desplaza a los habitantes originales de un barrio por otros generalmente de mayor nivel adquisitivo), y al presidente Donald Trump por cuestiones de inmigración u otras.
Su gran legado, sin embargo, es el impacto que queda en la memoria de los Millennials: un estudio de abril de 2016 de la Universidad de Harvard muestra que solo el 41% de los jóvenes de entre 18 y 29 años apoya el capitalismo, una cifra que se considera baja en un país de tradición capitalista. Sobre todo, teniendo en cuenta que en la misma encuesta, un tercio de los jóvenes se manifestaron a favor del socialismo.
– «Capitalismo Compasivo» –
John Della Volpe, director de encuestas en la Kennedy School, analiza que los Millennials recuerdan cómo la crisis dañó a sus padres y a otros que respetaron las reglas.
De allí, dice Della Volpe, que los adultos jóvenes apoyen el «capitalismo compasivo» para abordar problemas como la gran desigualdad y un sistema de financiamiento de campaña comprometido.
«Creo que tienen una definición diferente del sueño americano, menos relacionada con la economía y más con la flexibilidad y la felicidad», señala.
Este grupo mantiene su distancia de los principales partidos políticos de Estados Unidos, con la excepción de las campañas electorales de los demócratas Barack Obama en 2008, y de Bernie Sanders, el socialista de cabello blanco que dio a Hillary Clinton una batalla inesperadamente dura para la candidatura demócrata en 2016.
«Nosotros, los Millenials, estábamos en la escuela el 11 de septiembre. La crisis financiera llegó cuando estábamos en la universidad. Realmente nunca crecimos en un período de prosperidad económica», dijo recientemente en una entrevista televisiva Alexandria Ocasio-Cortez. La joven de 28 años se ha convertido en una estrella en ascenso del Partido Demócrata y musa de la izquierda progresista.