José Amílcar Ramírez
La crisis financiera internacional se originó en el sistema financiero de los Estados Unidos de Norte América, hospital y de ahí se expandió a Europa y al resto del mundo. Dicha crisis no fue generada por las organizaciones sociales con sus movilizaciones, paros, protestas y huelgas, contrario a lo que todos podemos imaginar, la crisis se dio como un fenómeno de las economías avanzadas por las inmensas ambiciones de lucro desmedidas, de las financieras transnacionales y como un reflejo del fracaso del voraz modelo neoliberal, implementado en todo el mundo.
Esta crisis, al igual que otras crisis financieras, fue una crisis de sobre endeudamiento, que dejó una lección que los mismos Estados Unidos la receta a todo el mundo, pero que no la aplica para si mismo. “Nadie puede gastar por encima de sus ingresos en forma indefinida”. Ante este sombrío panorama económico, la comunidad internacional se encuentra preocupada por esta incertidumbre, y surge hasta el desconcierto por semejante amenaza y es que la globalización del comercio, implica la integración mundial de los sistemas financieros nacionales, lo cual facilitó rápidamente la propagación de dicha crisis.
En nuestro país, la derecha, con toda su maquinaria mediática, utilizan la política del avestruz y prefieren ignorar esta situación, porque no les conviene que nuestra población se desengañe y al fin comprenda, que la causa de todos nuestros males tiene esos orígenes complementados con los boicots económicos que ejercen las grandes capitales en Venezuela, Nicaragua, el Salvador y otros países de América latina.
En conclusión, la pérdida del hegemonismo, por parte de Estados Unidos en el mundo, ha traído como consecuencia más guerras y destrucción de los recursos naturales, en diferentes países del oriente medio, África y Europa.
Por otra parte, también se vislumbran vientos de cambios esperanzadores, no solamente en América latina, si no en los países del sur de Europa, que junto a los países emergentes del BRICS, traerán un nuevo reordenamiento político multipolar en el mundo, que procure el desarrollo humano, el progreso, la democracia, la paz, la autodeterminación y la coexistencia pacífica entre los pueblos del mundo para el bien de toda la humanidad.