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La dantesca Navidad que nos regala la UES

Carlos Mauricio Hernández
Docente hora clase

El 15 diciembre en la página de Facebook de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador (UES), se anunció con gozo que desde ese día iniciaban las vacaciones anuales. “En vista que el 16 de enero de 2020 (sic) será en día sábado, las labores se retomarán normalmente el día lunes 18 de enero de 2021”, expresa con error incluido la Circular N° 41/2020 que acompaña la publicación firmada por el jefe de Recursos Humanos (ver en https://www.facebook.com/EscueladePosgradoHumanidades/posts/3536404769781146). La alegría propia de estas fechas de navidad y fin de año son propicias para declamar buenos deseos. Desde la Escuela de Posgrado el saludo fue el siguiente: “Esperamos que tengan unas felices vacaciones”.

Estos loables mensajes chocan con la realidad. ¿Qué fiestas (menos mal que están prohibidas por el COVID-19) y qué felicidad puede haber cuando el personal administrativo-financiero de la universidad se va de vacaciones sin haber cumplido con sus obligaciones de pagar a sus docentes hora clase? En mi caso particular, he laborado temporalmente desde mediados de 2018 en la Maestría en Derechos Humanos adscrita a la mencionada Escuela de Posgrados en la UES. En este 2020 con la excusa del COVID-19 no ha habido pagos por lo laborado desde febrero. El ciclo 01 finalizó en junio y el ciclo 02 en noviembre. Cuando pregunté a una de las secretarias de la Escuela por los pagos, su respuesta fue “hasta el otro año”. Repregunté si eso era legal, la contestación fue de terror: “Aquí en la UES dada la situación por covid, lo ilegal se convierte en legal”.

Para salir de dudas acudí al Ministerio de Trabajo. Luego de un par de inspecciones, la persona que me fue asignada para darle seguimiento al caso me informó, a finales de noviembre, que en quince días estaría el pago porque la Junta de la Facultad ya los había aprobado. Al final, la inspectora me comunicó que debido a las vacaciones, el pago no salió, que esperara hasta el próximo año cuando regresen a las labores. ¡Hasta el Ministerio de Trabajo terminó por secundar a la secretaria de la UES! Me queda la satisfacción que la inspectora disfrutó el recorrido por el campus de la UES, por lo demás, su trabajo fue inútil y anecdótico. Las falsas expectativas y la pérdida de tiempo/recursos se sumaron a mi ya golpeado bolsillo y ánimo.

Así los hechos, a la evidente incompetencia para manejar una universidad pública por parte de las autoridades y del personal administrativo-financiero (con contadas excepciones), también se ha hecho patente el lado insensible, inhumano e insolidario de quienes sin ningún pudor se van de vacaciones con pleno conocimiento del daño causado. El acceso a altos salarios (si se compara con el promedio de lo que se gana en las universidades privadas), bonos y/o aguinaldos, les hace minusvalorar la situación de quienes laboramos de manera temporal o por horas en la universidad. El atraso ilegal e injusto, no es por el COVID-19, no es por las emergencias. Es porque cuando la insensibilidad se mezcla con la incompetencia, toma fuerza el fetiche de los papeles.

Si fuese por la pandemia, lejos de atrasar pagos, por lógica, hasta se debieron de adelantar, al considerar las distintas dificultades que ha implicado la emergencia. Pero no, “los papeles” que la Junta (la Escuela, la secretaria o quién sea) tuvo o tiene –no tengo claridad ya sobre este punto– no pudieron adaptarse a la situación apremiante. Al contrario, “los papeles” se volvieron más lentos en detrimento de personas en concreto. Especialmente para quienes pasaremos una navidad, fin de año y quién sabe cuántos meses de 2021 sin recibir lo que por justicia merecíamos tener este año.

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