Madrid / PL
El candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, alertó que la democracia brasileña está en peligro y subrayó que la posibilidad de un eventual golpe militar tampoco está descartada.
Hace por lo menos cinco años las instituciones en Brasil no están bien; no son sólidas. Y con una figura como Jair Bolsonaro, del ultraderechista Partido Social Liberal (PSL), al frente del Ejecutivo puede pasar de todo, incluso que el sistema lo expulse. Nada está descartado, sostuvo el exalcalde la ciudad de Sao Paulo.
En entrevista concedida al diario El País, el aspirante de la coalición El pueblo feliz de nuevo fundamentó su percepción sobre los riesgos que enfrentaría la democracia en el país con un eventual triunfo de Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones, el próximo 28 de octubre, en la propia actuación del candidato de la extrema derecha.
Admitió que éste tiene la ventaja de no haber mentido a lo largo de 28 años como diputado federal, pero ‘está mintiendo ahora’, aclaró.
Recordó que Bolsonaro se pronunció por cerrar el Congreso si fuera presidente; presumió que no tendría necesidad de impedir a sus hijos casarse con una afrodescendiente porque los había educado bien y nunca lo harían; y que las personas de la comunidad LGTB son despreciables y deben ser tiradas a la basura.
Ahora, en la campaña, se está controlando un poco, acotó el ex ministro de Educación antes de expresar también su extrañeza respecto a que quienes lucharon por la redemocratización se mantengan neutrales ante una persona que manifiestamente apoya la dictadura y la tortura.
Haddad comentó por otra parte que está dedicando tiempo a recomponer la unidad del campo progresista: el Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués), el Partido Socialista Brasileño (PSB), el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), centrales sindicales, líderes progresistas, movimientos de la sociedad civil.
‘Me importan menos los partidos políticos, especialmente los de centroderecha. De hecho, he esperado un posicionamiento de su parte, para saber qué expectativas tienen, pero la centroderecha ha preferido mantenerse neutral’, abundó.
Interrogado sobre la posibilidad de concederle un indulto al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso político desde el pasado 7 de abril, en caso de llegar a ocupar el Palacio de Planalto, fue terminante al indicar que el ex dignatario no lo ha pedido. Él solo pide un juicio justo, remarcó.
Recordó además que todavía se tramitan dos recursos en las cortes superiores y expresó su confianza en que, especialmente después de las elecciones, ‘las mismas tendrán la serenidad de evaluar el proceso con más neutralidad, por lo menos’.
Haddad fue enfático asimismo al calificar a Lula como el mayor presidente de la historia de Brasil y en afirmar que su opinión le importa.
Nunca voy a negar mi relación con el presidente Lula. Estoy en estas elecciones porque me lo pidió y lo voy a escuchar cuando lo considere conveniente, sostuvo.