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La ex fórmula presidencial y la dirigencia del partido ARENA, medical prostate no solo están descalificando a los organismos internacionales que han dado fe de la transparencia del proceso electoral del 9 de marzo, cialis sino que, de forma grosera, lo hacen contra su personal, sus vigilantes que estuvieron más de 12 horas desempeñando una verdadera labor patriótica.
El partido ARENA no quiere aceptar su derrota, no porque duden que haya ganado el FMLN, sino porque quieren mantener un clima de inestabilidad para hacer fracasar al segundo gobierno del FMLN, y porque, de esa forma quieren justificar su irresponsabilidad, al darse por ganadores el mismo domingo con apenas el 50% de los votos escrutados.
Si ARENA logra mantener un clima de zozobra hasta el 2015, cuando el pueblo salvadoreño acuda una vez más a las urnas, cree que será capaz de controlar la Asamblea Legislativa, para mantener a raya al gobierno de Salvador y Oscar.
Y es que la época de los fraudes electorales en El Salvador han quedado en la historia, y cuando ARENA dice haber descubierto “la ruta del fraude del FMLN”, lo que están aceptando es que así lo hicieron ellos cuando tuvieron el control del aparato. Hay un dicho popular que dice “el ladrón juzga por su condición”.
De lo que el pueblo debe estar seguro es que solo ARENA, la ANEP y los medios de comunicación de derecha están hablando del fraude, el resto de sectores, y, principalmente los organismos internacionales y observadores independientes, han dado su aval a la legitimidad del proceso.
El Sistema de las Naciones Unidas en El Salvador, la OEA y los Observadores internacionales y nacionales han dado fe que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) administró el proceso electoral de 2014 de forma transparente.
La cúpula del partido ARENA, Norman Quijano y René Portillo Cuadra, con su discurso de fraude, le están dando una bofetada a sus militantes que con patriotismo le sirvieron en cada una de las mesas receptoras de voto por más de 12 horas.
El pueblo debe saber que en cada junta receptora de votos habían dos representantes por partido político, un vigilante y su respectivo suplente. Es decir, si hubo 10 mil 445 juntas receptoras de voto, ARENA tuvo un total de 41 mil 780 hombres y mujeres garantizando el voto. En tal sentido, decir que les hicieron fraude es como asegurar que ese contingente de sacrificados hombres y mujeres no desarrollaron su labor a favor de su partido, si no es que se les puede dar otros calificativos.
Nos preguntamos, si esas gentes a las que ARENA les confió la defensa de su voto volverán aceptar el otro año, cuando se realicen las elecciones para diputados y alcaldes, luego que Quijano y Portillo Cuadra les están prácticamente recriminando que no hicieron bien su trabajo.
