Grupo CAUSA*
En un esfuerzo por despegarnos y ver el mundo, nuestras reuniones del colectivo CAUSA (Colectivo Amigos Unidos por la Salud y el Ambiente) los sábados por las mañanas se han vuelto una prioridad en nuestras vidas.
“La gente equivocada está en la cárcel”, “la gente equivocada está fuera de la cárcel”, “diputados discutiendo por el Sí o No del vaso de leche para nuestros niños y niñas en las escuelas”, “ondas no ionizantes que ponen en peligro a los ciudadanos, especialmente a los de 0 a 12 años de edad”, “partidos participando en las elecciones responsables de la planeación y muerte de Monseñor Romero”, “diputados en la Asamblea sin apoyar la Ley del Agua”, “expresidentes de la República que han salido con bancos debajo del brazo”, “diputados votando en contra de La Soberanía Alimentaria”, “en contra de la construcción de hospitales públicos, para ayudar a descongestionar el Hospital Rosales”, etc. etc. nos damos cuenta que verdaderamente “el mundo está al revés”.
Está muy claro que vivimos en mundos alternos. Especialmente desde que Jesucristo vino a enseñarnos un nuevo estilo de vida donde la “compasión” debe ser una conquista personal indiscutible para vivir en Paz, Justicia y un Ambiente Limpio. O sea que las reglas ya las conocemos. La compasión empieza con la mirada, no es piedad, es más bien una actitud que nos compromete en el sufrimiento del otro. Descosifica al otro, a la otra, humanizándolo, humanizándola, y como consecuencia, nos lleva a la acción de trabajar por el bien común, para lograr el bienestar para todos, que no es más que el buen vivir.
Como ciudadanos no podemos centrarnos en el problema porque de ser así no veremos la solución. Hay que ver lo que otros no ven, ir más allá del temor, del conformismo. Venciendo así la industria de los medios de comunicación y de la publicidad. Y para ello hay que estar alertas, informándonos, proponiendo, accionando, haciendo, es decir, en movimiento.
La humanización nos lleva a la apertura a todo aquello que puede predisponer a entender la cultura del otro, trabajar en grupo, las acciones del dar y recibir, la fraternidad, la libertad del individuo, la alegría, la participación social, el respeto, fomentar conductas idóneas para la salud, para la educación, mejorar estructuras inadecuadas y sobre todo hacer que la política del mundo trabaje para el bienestar del hombre y de la mujer.
Pero la lamentación por la deshumanización es universal. Por ello, rechazamos el ejercicio del poder sin corazón. Y estas próximas elecciones del mes de marzo, votemos en sintonía con los candidatos comprometidos con la humanización de la política en nuestro amado El Salvador. ¡Qué viva El Salvador !!!!!!!!!!!
*Colectivo Unidos por la
Salud y la Educación.