Salvador Ventura
La desigualdad económica es una cosa natural, discount así de sencillo, here más claro ni el agua, lo dice un miembro de la rancia oligarquía, no habla de una mejor distribución de la riqueza, ni de las causas generadoras de la pobreza extrema, como siempre, los “gobiernos son los que no crean oportunidades”.
El periodista le cuestiona sobre el papel de los empresarios, cómo contribuyen a superar esa situación, su respuesta no puede ser otra: “pagamos impuestos, creamos empleos, capacitamos gente, cuidamos a nuestra gente ¿qué más quiere? ¿O por qué lo pregunta?”
El señor Francisco De Sola se enoja, porque no es capaz de digerir la pregunta, menos de responderla con ecuanimidad. Sus empresas necesitan mano de obra y por ello dan empleo, la cuestión es cuánto es su ganancia y el salario pagado a los trabajadores.
La tesis del señor De Sola vamos a rebatirla con un ejemplo descrito en el libro ¿Qué es el capitalismo? por el economista César Villalona, hay mucho pero éste nos permite ilustrar claramente la plusvalía que permite a los explotadores quedarse con la mayor ganancia en la producción.
“Cien proletarias trabajan 24 días en una industria y producen 12 mil camisas, es decir, 120 camisas cada una. Las proletarias no son las dueñas de las camisas creadas, sino el burgués industrial que las contrató. Él vende las camisas a 5 dólares cada una y recibe un total de 60,000 dólares.
“De ese dinero les da 20,000 dólares a las trabajadoras (200 a cada una en concepto de salario y prestaciones) y se queda con 40,000. De esa cantidad descuenta 10,000 que gastó en el pago del local, materias primas y maquinaria que usaron para producir las camisas. Al final se queda con 30,000 dólares”.
No es cierto tampoco que los empresarios paguen honradamente sus impuestos, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda, hay más de 400 empresas con una deuda al fisco que supera los $400 millones. Y también dos capitalistas con una deuda estimada en $200.00 millones.
El señor De Sola acepta que hay “salarios muy bajos porque la productividad en los sectores es muy baja y no permite pagar más salarios”. No es cierto. En muchas fábricas no se pueden vender todas las mercancías “porque la mayor parte del dinero está en manos de un grupito de gente, cuya capacidad de consumo tiene límites…”
Villalona razona que por más dinero que tengan la burguesía y las personas que sin ser burguesas poseen elevados ingresos, no pueden beberse toda la leche del mundo, ni comerse todos los panes, quesos y demás mercancías.
“En el capitalismo las mercancías no se regalan, sino que se venden. En una empresa de un burgués se produce para vender no para regalar. Y si hay mucha gente que no puede comprar lo que se produce en la empresa, entonces esta comienza a tener problemas para vender…”
La crisis de sobreproducción provoca la destrucción de fuerzas productivas, pues los medios de producción se paralizan y la fuerza de trabajo va al desempleo. Los burgueses siempre se las ingenian para no perder, tener ganancias y acumular capital, los gobiernos los apoyan les quitan impuestos y les aprueban créditos baratos.
Es la gran verdad, señor De Sola, en la crisis cíclica del capitalismo, hace algunos años, varias empresas norteamericanas afrontaron “problemas de liquidez”, es más ciertos bancos se declararon en quiebra; pero el gobierno de Estados Unidos las auxilió y les proporcionó créditos millonarios para salir a flote.
Los desempleados perdieron todas sus prestaciones, a una gran mayoría no se les otorgó su indemnización, simplemente fueron despedidos. Aquí ha ocurrido lo mismo; pero el señor De Sola habla de “cuidar a nuestra gente”. Triste realidad y una cruel ironía.