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Por David Alfaro
El gobierno de Bukele, que llegó al poder con promesas de cambio y progreso, se ha convertido en un régimen dictatorial, que dejará a El Salvador en una situación precaria y desoladora. Su administración ha sido un desastre en múltiples frentes, acumulando un legado de deuda insostenible, desorden jurídico, desapariciones forzadas, asesinatos, saqueo estatal, retraso en el desarrollo humano y económico y destrucción del medioambiente.
Deuda Impagable.
Desde que Bukele asumió el poder, la deuda pública ha aumentado dramáticamente. Con préstamos y gastos sin control, el país ahora enfrenta una deuda de más de $32 mil millones de los cuales casi $12mil millones Bukele los desapareció como por arte de magia. Esta carga financiera comprometerá a futuras generaciones, dificultando cualquier intento de desarrollo económico sostenible.
Desorden Jurídico.
Bukele ha destruido el estado de derecho. Ha utilizado el poder judicial como una herramienta de represión contra sus oponentes, modificando leyes y normas a su conveniencia. La independencia judicial se ha visto gravemente comprometida, creando un clima de inseguridad jurídica que ahuyenta las inversiones.
Miles de Desaparecidos y Asesinados.
Los pactos de Bukele con las maras, han resultado en más de 7 mil desapariciones. El Régimen de Excepción ha generado infinidad de violaciones a los derechos humanos, con denuncias de extorsiones, violaciones, detenciones arbitrarias, niños encarcelados y asesinatos por torturas.
Saqueo Estatal.
Su gobierno ha sido señalado por múltiples casos de corrupción y saqueo. Funcionarios cercanos a Bukele han sido acusados de enriquecerse ilícitamente mientras los servicios públicos se deterioran. Este saqueo no sólo es un robo al presente, sino un golpe devastador al futuro del país.
Destrucción del Medioambiente.
Bukele ha mostrado un desprecio alarmante por la protección del medioambiente. Proyectos de desarrollo salvajes han resultado en la deforestación y contaminación de recursos naturales. La falta de políticas ambientales sostenibles está dejando al país vulnerable a desastres naturales y crisis ecológicas graves como ya estamos viendo.
Cientos de Miles de Emigrantes.
La crisis socioeconómica ha forzado a cientos de miles de salvadoreños a emigrar, buscando un futuro mejor en otros países. Desde el 2019, 500 mil salvadoreños se han marchado. Este éxodo masivo refleja la desesperanza y la falta de oportunidades bajo el régimen de Bukele. La diáspora no solo es un síntoma de la crisis, sino también una pérdida significativa de capital humano para el país.
Retraso en Desarrollo Humano, Económico, Educación, Salud y Agricultura.
El gobierno ha descuidado áreas críticas como la educación, la salud y la agricultura. La falta de inversión y la mala gestión han provocado un grave retraso en el desarrollo humano y económico de El Salvador. Mientras otros países avanzan, El Salvador se queda atrás, con un sistema educativo deficiente, servicios de salud colapsados y una agricultura en ruinas.
Impacto Psicosocial por Generaciones
Las políticas represivas y la falta de oportunidades están dejando cicatrices profundas en la sociedad salvadoreña. El impacto psicosocial de vivir bajo un régimen autoritario, combinado con el desempleo y la pobreza, afectará a las generaciones futuras, perpetuando un ciclo de desesperanza y subdesarrollo.
El legado de Bukele es un triste recordatorio de los peligros del autoritarismo y la mala gestión. Su gobierno mantiene al país endeudado y desorganizado.
Recordatorio
La seguridad pública no lo es todo. Bukele ha sacrificado seguridades esenciales como la seguridad jurídica, educativa, sanitaria, vivienda, laboral y alimentaria en su afán de controlar al país. Bajo esta dictadura, la amenaza de las pandillas ha sido reemplazada por la amenaza militar y policíaca, perpetuando un ciclo de miedo y represión.
