Alberto Romero de Urbiztondo
Twitter: @aromero0568
El 19 de agosto se celebró el Día Nacional de la Educación Integral en Sexualidad (EIS), aprobada por la Asamblea Legislativa mediante el Decreto 87 de 14 de agosto de 2015.
Recibir Educación Integral en Sexualidad (EIS) es un derecho de la niñez, adolescencia y juventud, que el Estado debe garantizar, sin embargo, en El Salvador nunca se ha garantizado plenamente.
Por el alto número de embarazos precoces, ya durante el gobierno del presidente Flores encargaron a los ministerios de Educación y Salud tomar medidas para prevenirlos, que elaboraron el manual “De adolescente para adolescente”. Cuando ya estaban impresos para distribuirse, el obispo Sáenz Lacalle representante del Opus Dei se opuso por considerar que no respondían a los criterios de la Iglesia católica sobre la sexualidad. Después de un largo debate, el presidente Flores cedió y los manuales fueron destruidos. Casi veinte años después el porcentaje de embarazos de niñas y adolescentes es el 28 % de todos los embarazos del país.
Desde 2013, el MINED tiene aprobado el “Curso básico de educación integral de la sexualidad para docentes de educación inicial, parvularia, básica y media”, pero solo se ha implementado en experiencias piloto. Grupos altamente conservadores se han opuesto a su implementación en todo el sistema educativo, en base a sus concepciones religiosas, considerando la sexualidad como únicamente orientada a la reproducción dentro del matrimonio, no debiéndose informar a la niñez y juventud. Pretenden basar su oposición en una interpretación limitada del Art. 32 de la LEPINA, que en su primer párrafo dice “Todas las niñas, niños y adolescentes, de acuerdo con su desarrollo físico, psicológico y emocional, tienen el derecho a recibir información y educación en salud sexual y reproductiva, de forma prioritaria por su madre y padre”, pretendiendo que los padres y madres pueden oponerse a que sus hijos reciban EIS pero sin mencionar que ese derecho de la niñez debe garantizarlo el Estado, tal como el mismo artículo afirma: “El Estado en los ramos correspondientes garantizará la existencia y el acceso a los servicios y programas de salud y educación sexual integral para la niñez y adolescencia”.