Mirna Jiménez
Diario Colatino
¿Qué hace una olla de barro en un aula?, para Paulo Freire, considerado el principal pedagogo de la denominada educación popular, este utensilio de cocina no solo es útil para cocer los alimentos sino que le servía a él para despertar conciencias entre la gente.
Freire (1921-1997) comenzaba a preguntar a los presentes qué era, para qué servía y qué tipos de olla existían, de qué estaban hechas. Luego venían las preguntas de fondo.
¿El gobernador tiene ollas en su cocina? ¿Él las fabrica? ¿Él cultiva alimentos? ¿Pero tiene alimentos? Y usted que hace ollas y cultiva alimentos, ¿por qué no tiene comida?, les preguntaba.
Esto es educación popular, afirma Ranulfo Pelosa Da Silva, un pedagogo también brasileño que está en el país para apoyar los programas de educación popular en el territorio nacional. “La educación popular es una pedagogía que sirve a los trabajadores, la educación popular es liberadora”, afirma en entrevista con canal Gentevé.
A diferencia del método educativo tradicional, “la educación popular sirve para resolver con la gente los problemas del cotidiano”, a través de un método donde no hay maestros ni alumnos, sino que todos son educandos, pues todos tienen algo que aportar desde su experiencia diaria con la realidad y su entorno.
Aquí Pelosa Da Silva recurre a otra anécdota de Freire cuando el pedagogo, en su búsqueda de aplicar la educación popular, interactúa con su auditorio integrado por campesinos y obreros y les propone un juego donde quien haga una pregunta y nadie le responda ganará un punto.
“Freire empezó preguntando ¿cuál es la concepción hegeliana de la dialéctica? La gente no sabía, entonces un punto para mí otro para usted. Pero siempre hay un campesino despierto y este le dice: ¿usted que sabe todo, usted que es un doctor, sabe hacer un injerto de tomate? ¿No sabe? Entonces uno para nosotros cero para usted. En conclusión nadie sabe todo”… “Nunca se encuentra a una persona que no sabe, todos saben diferentes cosas”, concluye Pelosa.
También la educación popular busca hacer conciencia en el pueblo sobre su potencialidad y capacidades, además de mejorar la autoestima de la gente. “La persona que se concientiza, es la persona que decide”, afirma.
“Los trabajadores los obreros, los campesinos, todos al final son un potencial pero ellos no saben que saben, por eso la educación popular es para despertar, pero hay que despertar, y el contexto, no se puede separar la educación del contexto”.
El pedagogo manifestó que para la educación popular la lectura no solo es el acto de leer letras, sino que también de leer en contexto y el entorno. “La gente transformó la palabra leer como que significase leer letras, pero leer significa, capturar, captar, leer letras es poquito, es el complemento de ese 99% que es leer el entorno. Antes que leer las letras hay que leer el mundo, decía Paolo Freire”.
Pero no solo es leer el entorno y el mundo sino también transformarlo, por ello quien no actúa, aunque tenga conocimiento acumulado, para la educación popular es un ignorante.
“En la educación popular, no basta leer, no basta tener los conceptos; si no se aplica no se tiene conocimiento. El que sabe cómo hacer, pero no lo hace, aún no sabe. Solo cuando lo aplicas, tú sabes. Mucha gente lee mucho, hace muchos cursos pero no se mueve para nada, es un erudito nada más, eso no sirve, es una enciclopedia ambulante para nada. Una persona que sabe leer y no lee es una analfabeta”, señaló.
Pelosa Da Silva se refirió también al ambiente político pre electoral del Brasil donde el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva lidera las encuestas para la presidencia, pero está sometido a un proceso judicial que mantiene en la incertidumbre su participación en los comicios.
Agregó que cuando se aplicó el golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff todo se acabó y los programas sociales fueron echados por el gobierno derechista de Michel Temer.
“Al votar la gente tiene que pensar cuáles son las consecuencias de ganar o perder”, afirmó.