José Roberto Osorio
Sociólogo
Ya está disponible ese valioso producto institucional que genera el equipo técnico del Departamento de Información Estadística del MINEDCYT, (sic), que ilustra sobre el desempeño de las IES en el año 2017 y ofrece asimismo un recorrido histórico de tales instituciones, todo lo que podría ser fácilmente aprovechado para la toma de decisiones informadas que fortalezcan el avance y desarrollo del sistema de educación superior.
En el año de análisis, funcionaron un total de 24 universidades, que atendieron a 172,593 aprendientes: 11 institutos especializados con una matrícula de 11,918 estudiantes y 6 institutos tecnológicos registraron a 1,556 alumnos. La matrícula total atendida por las 41 IES sumó 186,067, cifra que implicó un aumento de 5,512 estudiantes (2.83 %) en relación a 2016.
Es evidente que los estudiantes prefieren inscribirse en las universidades antes que en los centros educativos que ofrecen carreras de mediano plazo de carácter técnico y tecnológico, asunto que ameritaría más análisis a efecto de identificar si la situación proviene de la oferta o la demanda de educación terciaria.
Seis de las 24 universidades disminuyeron su matrícula y algunas aumentaron el cupo en cifras como 22 u 11 estudiantes. El 54 % de los IE y el 67 % de los IT matricularon menos estudiantes que en el año anterior.
En cuanto a los indicadores nacionales, el número promedio de estudiantes por docente se mantuvo en los mismos niveles, aumentando el número de estudiantes por docente a tiempo completo.
Asimismo, decreció levemente el número de docentes a tiempo completo y aumentó el de docentes hora clase.
El número de docentes con grado técnico y también los que ostentaban un grado universitario decreció, y se acortó en décimas porcentuales la proporción del presupuesto asignado a sueldos para el sector docente. Lo mismo ocurrió con el porcentaje del presupuesto destinado al pago del personal administrativo.
Prácticamente se estancó la proporción presupuestaria destinada a la investigación científica, y el incremento de lo asignado a proyección social es pírrico. Estos datos se han vuelto estructurales y deberían preocupar a quienes ejercen la rectoría del sistema de educación superior.
El costo promedio anual en carreras técnicas experimentó una baja sustantiva de US$1,294.0 dólares en relación a 2016 y también se empequeñeció en cerca de 7 dólares americanos, el costo promedio anual en carreras universitarias.
En el año comentado la inversión del Estado en concepto de subsidio por estudiante en IES públicas, subió en comparación con el año precedente. Pero los recursos asignados son menores, comparado a los años 2013 y 2014.
Teniendo en cuenta el territorio, 71 estudiantes procedían del departamento de Morazán, 866 de Cuscatlán y 1,056 de La Unión, comparados por ejemplo con los estudiantes de San Salvador que sumaron 103,296 y 22,901 de La Libertad. La pregunta es: ¿se podría desconcentrar y descentralizar la educación terciaria a estudiantes que habitan en los departamentos con los mayores índices de pobreza en El Salvador?
Los aprendientes se decantan por áreas de formación como economía, administración y computación, enseguida salud y tecnología.
La UES, sostenida con el esfuerzo y la contribución de los salvadoreños con independencia de su condición de clase, asigna el 0.29 % de su presupuesto a investigación científica y para proyección social el 0.96 % de los recursos. Estipula para pago de sueldos a docentes el 63.99 % del presupuesto y el 29.31 % para personal administrativo.