ASOCIACIÓN INTERSECTORIAL PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL PROGRESO SOCIAL – CIDEP –
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La lucha que el magisterio salvadoreño ha librado por dignificar la labor docente y aportar al proceso de transformaciones en El Salvador, ha sido una de las más intensas a nivel latinoamericano al costo de muchos maestros y maestras detenidos, encarcelados, asesinados o emigrados para huir de la represión que bajo los sucesivos regímenes militares debieron enfrentar.
La lucha social que impulsaron trascendió más allá de tema salarial y se vinculó fuertemente con las demandas de otros gremios de trabajadores y trabajadoras, incluyendo además la construcción de una sociedad justa y de respeto a toda la población salvadoreña, especialmente campesina y obrera sobre quienes pesaba la represión de la época.
A 52 años del surgimiento de la Asociación de Educadores y Educadoras más representativa del gremio magisterial1 y que ha conducido la batalla permanente del magisterio por un trato digno a su profesión y una educación que nos permita construir una nación grande, no tanto por sus datos macro económicos que gustan a los economistas del sistema y gremiales empresariales, sino porque el centro de toda la acción del Estado y la sociedad en su conjunto debe ser el ser humano y el respeto a su dignidad.
Este 22 de junio Día del Maestro y la Maestra Salvadoreña, es un buen momento para la reflexión de toda la comunidad educativa, para ver su aporte en el desarrollo de nuestra niñez y juventudes, sin duda la inversión en educación es importante para alcanzar mejores resultados en los procesos educativos2, pero más importante es valorar la calidad de la educación que tenemos y queremos, una educación que promueva el pensamiento crítico, el rescate de valores como la inclusión, el respeto a la vida, a los derechos humanos, con tolerancia a la diversidad de acción y pensamiento.
El Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe – CEAAL3, envía su respetuoso saludo al magisterio por sus aportes en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva, e insta a perseverar en este esfuerzo sin caer en la tentación de grupos que invitan a la lucha estrictamente gremial olvidando el compromiso social.