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La escuela como prioridad

Carta 2 a los candidatos a la Presidencia


VANDA PIGNATO

El pasado 29 de noviembre  del año en curso, el Instituto Salvadoreño de Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) presentó el  informe sobre la situación de la violencia contra las mujeres en El Salvador.

Quiero aprovechar la información presentada en el referido informe    para llamar la atención sobre los alarmantes datos que revelan la situación de violencia en contra de las mujeres en El salvador y,  que por su nivel de  gravedad  debiera  ser un tema prioritario en la agenda del país y de la sociedad salvadoreña. 

En particular, quiero dirigir este mensaje – a los candidatos presidenciales, con el único objetivo de instalarles a que  analicen con toda responsabilidad la preocupante realidad de violencia que viven las mujeres y conocer sus opiniones y propuestas para  solucionar de forma estructural esta problemática.
El informe de ISDEMU señala que en los últimos años el lugar más peligroso y de riesgo para las mujeres, principalmente jóvenes y adolescentes,  es su hogar.

He señalado que el riesgo dimensional, ya que requiere del trabajo en la familia, con las y los cuidadores, en la escuela y la sociedad en su conjunto. El segundo lugar de riesgo para las mujeres es la calle, sonespacios públicos, los espacios cotidianos por donde las mujeres transitan y en los cuales además encuentran un alto grado de violencia social, ejercida de manera particular por las pandillas.

Con lo anterior, no hay duda que la afirmación es que siempre hemos sostenido en relación a que la violencia contra la mujer es violencia contra la sociedad.

Tal como registra el informe en cuestión, la violencia en el hogar y en las calles es una tendencia creciente, sin embargo, es de suma preocupación que ahora se registran los centros escolares como lugares de los más peligrosos para nuestras mujeres… De 100 mujeres víctimas de violencia, 46 la han sufrido en el ámbito escolar.

Sinceramente quiero expresarles que los datos de violencia escolar me han dejado perpleja. Imagínense ustedes que la escuela, incluso llamado el segundo hogar, que debe ser un lugar seguro y protegido por su trascendencia social, se ha convertido en un infierno para las niñas y adolescentes.

El sitio donde históricamente se enseñan, además de conocimientos necesarios para el progreso personal y social, los valores espirituales y morales que deben regir la vida de una sociedad, es hoy por hoy el lugar tomado por la violencia de género que emana de una cultura machista y anacrónica. Se ha perdido la influencia formativa de la escuela y, por el contrario, lo que persiste es la ausencia de valores de una sociedad fragmentada y violenta.

Frente a esta dura realidad, les pregunto a ustedes, candidatos presidenciales, ¿cuál es su propuesta para hacer frente a estos hechos? ¿Qué podemos hacer para cambiar esta circunstancia que compromete profundamente el presente y futuro de las juventudes? ¿Qué hacemos para proteger a nuestras niñas? Y cuestionamiento trascendente: ¿qué hacemos para recuperar la escuela como un centro de irradiación de valores, de formación para la convivencia y la paz?

Yo no tengo todas las respuestas a estas preguntas, tengo ideas que pueden aportar a la solución, que surgen de la vasta experiencia que acumulamos en nuestra labor en Ciudad Mujer y en el ISDEMU, las cuales sin duda podrían contribuir a enriquecer un abordaje integral.

Creo que hay que dialogar, buscar un plan de emergencia nacional y empezar a trabajar desde el Estado y la sociedad en su conjunto, porque nadie puede quedar afuera de esta lucha. Porque así como se concentran todas las fuerzas y los recursos para defender la patria de un ataque externo, aquí debemos comprender que esta realidad que les describo es un ataque a nuestro presente y a nuestro futuro como Nación.

En este marco de alternativas al problema existen diversas herramientas muy importantes para dar los primeros pasos, como cambiar la currícula escolar, tomando en cuenta las desigualdades socialmente construidas entre hombres y mujeres, eliminar estereotipos y favorecer la igualdad de oportunidades para ambos sexos.

Un ejemplo exitoso que aporta a la construcción de una sociedad inclusiva es Ciudad Mujer Joven, un programa que diseñé con el objetivo de atender las necesidades e intereses de las adolescentes y jóvenes que llegaban a las sedes de Ciudad Mujer y quienes no encontraban respuesta a sus demandas en ningún otro espacio. Hasta la fecha ya estamos trabajando en 112 centro escolares.

Es así que en el año 2014 lanzamos este programa enfatizando los servicios en la prevención de la violencia y los embarazos adolescentes, identificando oportunidades de desarrollo, de manera que las jóvenes pudiesen tener un plan de vida y forjarse un porvenir.

Les recuerdo que la plataforma de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer mandata a los estados a tomar medidas especiales para asegurar que las jóvenes adquieran preparación para la vida, de manera que puedan participar activa y eficazmente en todos los niveles de la dirección social, cultural, política y económica.

Hago una respetuosa invitación a los candidatos presidenciales y sus equipos para que conozcan nuestro trabajo que, en virtud de los resultados ya conocidos, se manifiesta como muy eficaz.

Estamos ante una encrucijada. No dejemos pasar esta oportunidad de reflexionar y actuar juntos, tomando una dirección común y asumiendo los desafíos que nos plantean la oportunidad de cambiar el futuro de nuestras jóvenes y adolescentes.

Si no actuamos ya ellas serán llevadas irremediablemente al círculo de pobreza, exclusión y violencia.

Es, pues, urgente trabajar para que las adolescentes y jóvenes tengan una vida digna, libre de violencia, son ellas quienes podrán, a la inversa, liderar los cambios que salvarán a las próximas generaciones.

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