Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Durante la eucaristía dominical en la Cripta de Catedral Metropolitana, el sacerdote Fredy Sandoval se refirió al texto bíblico de la multiplicación de los panes, lo cual significa que en el reino de Dios todos tienen derecho al pan, a no estar hambrientos, ni como ovejas sin pastor, sino tener el sentido de pueblo, comunidad, solidaridad e igualdad.
“La eucaristía es un compromiso social que debe proyectarse a las necesidades del mundo, ir al encuentro del otro y compartir, allí estamos anunciando el reino de Dios, porque los bienes de la creación son para todos. Las leyes, autoridades, instituciones y los gobiernos deben actuar con ética, sensibilidad y justicia social para todos, donde no existan hambrientos ni sedientos por causas humanas de desigualdad, represión, violencia y criminalidad”, afirmó.
El sacerdote externó que la iglesia es instrumento universal de salvación por lo que dice, hace, enseña y acompaña, sin embargo, por denunciar las injusticias y desigualdades murió Monseñor Romero, el padre Rutilio Grande y sus dos colaboradores, fray Cosme Spessotto y otros mártires que lucharon por la paz social.
En la celebración se pidió de una forma especial por quienes han sido delegados para la administración pública, a fin de que recuerden que su función principal es el servicio a sus hermanos, procuren la paz y el desarrollo de los pueblos; asimismo, por quienes viven los efectos negativos de la inflación económica, para que todos sean solidarios con los hermanos más necesitados.
Además, se pidió por quienes se ven obligados a migrar por la falta de oportunidades y desarrollo en sus países de origen, dejando a sus familias y vidas enteras; también se elevó una oración a Dios por el cese de la violencia ocasionada por las guerras, los grupos con intereses económicos que han hecho de este flagelo un negocio, dañando y arrebatando la vida a inocentes. Al momento de la procesión de ofrendas los miembros de la Comunidad de la Cripta de Monseñor Romero presentaron una imagen de la hostia, simbolizando el cuerpo de Cristo que con la fuerza de su amor siempre estará dispuesto a perdonar los pecados, tal como dijera en su mensaje Monseñor Romero.