Roma/AFP
Las explotaciones agrícolas familiares, sildenafil que producen alrededor del 80% de los alimentos del planeta, tadalafil son «vitales para solucionar el problema del hambre» en el mundo, que afecta a más de 800 millones de personas, según un estudio de la FAO divulgado este jueves en Roma.
El informe de la Organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) invita a la comunidad internacional a considerar a los cerca de 500 millones de campesinos con fincas familiares como «agentes» de la lucha contra el hambre y la carestía.
«Nueve de cada diez de los 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo están gestionadas por familias», subraya el estudio de la FAO que lleva el título SOFA 2014, sobre el estado del hambre y la agricultura.
«Esos campesinos no constituyen un problema, al contrario son parte de la solución y deben ser los protagonistas del cambio», aseguró el director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, al presentar a la prensa el informe anual.
Las llamadas «explotaciones familiares» son también los custodios de un 75 por ciento de los recursos agrícolas mundiales, y por ello son decisivas para garantizar la sostenibilidad ecológica y mantener los recursos.
Para responder a ese desafío, los agricultores familiares deben innovar, aprender lo que la agencia de Naciones Unidas llama «la intensificación sostenible» y cerrar las brechas entre rendimiento y productividad.
Según el informe de la FAO, la mayoría de las explotaciones familiares son pequeñas, ya que un 84% a nivel mundial tiene menos de dos hectáreas.
Las grandes explotaciones de 50 hectáreas -incluyendo muchas granjas familiares- ocupan dos tercios de las tierra agrícolas del mundo, indica el estudio.
Las explotaciones pequeñas producen por lo tanto una mayor proporción de alimentos a nivel mundial en relación al porcentaje de tierras que utilizan, ya que tienden a obtener mayores rendimientos que las granjas más grandes, dentro de los mismos países y entornos agroecológicos, explica el informe.
«Sin embargo, esta mayor productividad de la tierra en las explotaciones familiares implica menor productividad de la mano de obra, lo que perpetúa la pobreza y obstaculiza el desarrollo», advierte el estudio.
«Nuestro objetivo es que los pequeños agricultores, que producen sólo para sobrevivir, se transformen en agricultores comerciales», sostiene da Silva.
Actualmente, el tamaño de las explotaciones se hace cada vez más y más pequeño en la mayoría de los países en desarrollo, donde muchas familias de pequeños campesinos obtienen la mayor parte de sus ingresos de actividades no agrícolas, lamenta la FAO.
«Las políticas deberían tratar de aumentar el acceso a insumos como semillas y fertilizantes, así como a los mercados y al crédito», sostienen los expertos de FAO.
Para alentar a los agricultores familiares a invertir en prácticas agrícolas sostenibles -que a menudo tienen altos costos iniciales y períodos largos de amortización-, las autoridades «deberían tratar de crear un entorno propicio para la innovación», concluye el estudio.
«El sector público es muy importante para el futuro de los campesinos y pequeños agricultores», reconoció Jomo Sundaran, asesor del director general.
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Fotografía: Huerto casero en El Salvador. (Fotografía Diario Co Latino/Rodrigo Sura)