Berlin / AFP
Daphne Rousseau / Yann Schreiber
Miles de activistas europeos se reúnen desde el miércoles en la región alemana del Ruhr para una acción de alcance sin precedentes contra el carbón, que incluye la ocupación de una enorme mina y la presencia de jóvenes del movimiento «Fridays for Future».
El objetivo central es la enorme mina de lignito a cielo abierto en Garzweiler, cerca de Colonia. El lignito es un carbón marrón barato y altamente contaminante utilizado en gran escala por el conglomerado industrial alemán RWE.
Desde el lunes se construyen carpas y hamacas en Viersen, cerca del sitio de la mina, para acomodar y alimentar con platos veganos a unas 6.000 personas llegadas de Madrid, París o Varsovia en autobús o en viaje compartido.
El viernes los activistas estarán listos para la acción principal: ingresar al ámbito casi lunar de la mina, eludir a los miles de policías y ocupar el sitio para interrumpir el suministro por ferrocarril a las calderas vecinas.
«El lignito es el más sucio de los combustibles fósiles, debemos dejar de quemarlo, bloquear con nuestros propios cuerpos los pozos y sus diabólicas máquinas mineras», dijo a AFP Tadzio Müller, uno líderes del movimiento «Ende Gelaende», que organiza esta acción.
– Frustración creciente –
En 2018, aliado a otras organizaciones, este grupo de especialistas en la «lucha contra los actores del calentamiento global» logró detener la expansión de otra mina de RWE que amenazaba el bosque de Hambach, ocupado por activistas.
En tanto el joven movimiento «Fridays for Future» espera unos 20.000 estudiantes para una «manifestación europea» prevista para el viernes en la cercana ciudad de Aquisgrán.
Seguidamente está previsto un «apoyo» para los ocupantes de la mina, paso que fue adoptado por voto electrónico por una mayoría de miembros de «Fridays for Future».
En opinión de los organizadores, el acercamiento entre «Ende Gelände» y «Fridays for Future» debería permitir a estos nuevos defensores del clima acelerar sus acciones, después de meses de movilizaciones en ciudades europeas.
«Todavía nos ven de forma paternal; no nos sentimos tomados en serio, las personas están impacientes» y se sienten tentadas por «la acción», dijo Helena Marschall, copresidente de «Fridays for Future» en Frankfurt.
«Si no hay una reacción de las políticas (…), entonces se la frustración se ampliará», acotó.
En las filas de «Ende Gelaende», compuesta por treinteañeros más habituados con el activismo, dicen que «tienden la mano a los jóvenes» pero sin llamarlos a una acción potencialmente peligrosa.
La idea no es que un menor de edad «termine bajo custodia» policial, dijo Marschall. «Hay muchas maneras de participar, como cocinar o ayudar en el campamento, y eso es igualmente importante», añadió.
– Policía impotente –
Por su parte, la policía alemana busca desde hace semanas convencer a los jóvenes a no sumarse a los activistas de más edad y más radicales.
Incluso envió mensajes de advertencia a las escuelas secundarias de la región, de acuerdo con informes de prensa. Pero ante la magnitud de la movilización, la policía reconoce su impotencia.
«Haremos todo lo que sea posible para evitar la entrada a la mina, pero hay algunos puntos que no podremos cubrir», dijo a la prensa el jefe de la policía en Aquisgrán, Dirk Weinspach.
Según Müller, quien ha estado haciendo campañas por el clima desde hace doce años, este tema nunca se habría convertido en «la prioridad política y social» revelada por la reciente elección europea sin la masiva movilización de «jóvenes y estudiantes».
Pero en su opinión solamente la acción directa «puede empujar a la clase política a tomar decisiones», una clase que «constantemente dice que hace lo que puede, pero no hace nada».
El gobierno alemán -que ya no alcanzará sus objetivos climáticos para 2020- ha anunciado a inicios de año un programa para abandonar el carbón para 2038.
Pero para los ambientalistas, este programa llega demasiado tarde, y por el momento no hay un calendario preciso para el cierre de las centrales eléctricas y minas involucradas.