Jorge E. Lemus
Secretario
Academia Salvadoreña de la Lengua
El estudio científico de la lengua ha convertido a la lingüística, por sus niveles cada vez más sofisticados de análisis, descripción, explicación y predicción del fenómeno del habla, en la ciencia más exacta de las ciencias sociales. La lingüística moderna busca contestar preguntas como: ¿Cómo nos comunicamos los seres humanos? ¿Cuáles son los mecanismos mentales y físicos que se involucran en la producción del habla y la comunicación humana? ¿Cómo adquieren el lenguaje los niños? ¿Por qué sólo los seres humanos han desarrollado lenguaje? Al contestar estas preguntas, lograremos entender el fenómeno más cotidiano de los seres humanos pero también el más complejo: el habla, sin la cual no hubiéramos desarrollado pensamiento abstracto ni inteligencia los seres humanos.
Para dar cuenta de esta habilidad humana, una de las asunciones más importantes de la lingüística moderna es la universalidad de los principios, restricciones y parámetros del lenguaje natural. A esto se le conoce como Gramática Universal; es decir, una gramática común a todos los idiomas pero que no es la gramática de ningún idioma en particular. El famoso e influyente lingüista Noam Chomsky demuestra la existencia de esta gramática universal con en el proceso de adquisición de la lengua y la tipología lingüística. Él sostiene que la única explicación para la rápida adquisición de una lengua natural cualquiera por los niños, es la existencia de un dispositivo mental nato—al que llama Dispositivo de Adquisición del Lenguaje—que contiene principios y parámetros universales que guían el aprendizaje de los niños. Esta adquisición se puede llevar a cabo únicamente si el niño está expuesto a un idioma en particular del cual, a fuerza de ensayo y error y la formulación de hipótesis, determina cuál es su estructura activa.
El proceso de aprendizaje del lenguaje es el mismo para todos los niños, sin importar la lengua que están aprendiendo: cometen los mismos errores de sobregeneralización y las estructuras gramaticales son adquiridas de la misma manera. Así, el niño sabe, gracias al Dispositivo de Adquisición del Lenguaje, que existen palabras (sustantivos) que pueden ser modificadas por otras palabras (adjetivos). Estos modificadores pueden estar antes o después de los sustantivos. Al estar en contacto con la lengua inglesa, por ejemplo, el niño aprende que estos modificadores preceden al sustantivo, generando formas como white shirt (adj. + sust.); pero si el contacto es con la lengua española, el niño aprende que el modificador sigue a la palabra que modifica, generando formas como camisa blanca (sust. + adj.). Estas diferencias paramétricas binarias (v.gr., núcleo izquierdo vs núcleo derecho, sonora vs sorda, etc.) son las que distinguen a un idioma de otro. Esta ayuda genética única que todos los seres humanos poseemos es la que hace imposible que otra especie animal pueda desarrollar lenguaje. Los animales poseen información genética diferente que les permite desarrollar otras habilidades (como volar o respirar bajo el agua) que son imposibles para el ser humano. Además, poseen sus propios sistemas de comunicación, pero no lenguaje.
La otra evidencia que Chomsky utiliza para sustentar su hipótesis es la tipología lingüística, la comparación de varias lenguas para encontrar patrones universales. Sería mucha casualidad que todos los idiomas del mundo poseyeran las mismas categorías sintácticas, tuvieran las mismas restricciones y estructuras gramaticales. La mejor forma de explicar las similitudes entre lo idiomas es suponer que todos los humanos nacemos con una predisposición genética para el aprendizaje de los idiomas, algo así como un programa mental que busca datos del medio ambiente para activarse. Por ejemplo, todos los idiomas cuentan con verbos y sustantivos, hacen distinción entre plural y singular, pueden usar la negación, referirse al presente, pasado y futuro, utilizan consonantes y vocales, etc. Si no tuviéramos ayuda genética para el lenguaje, todas estas similitudes fueran inexistentes y hubiera una tremenda arbitrariedad en las estructuras gramaticales de los idiomas. La selección de una estructura sobre otra o de un valor binario es lo que diferencia a los idiomas y sus variantes dialectales.
Para restringir las gramáticas naturales, la gramática universal cuenta con principios y parámetros. Los principios establecen requerimientos obligatorios para todos los idiomas. Por ejemplo, el Principio del Contorno Obligatorio en fonología prohíbe que dos rasgos fonéticos idénticos se encuentren adyacentes; el Principio de Proyección en sintaxis establece que los requerimientos categoriales de los ítems léxicos se deben satisfacer en todos los niveles de representación de la oración. Existen muchos otros principios discutidos en la literatura lingüística que son tomados como universales y básicos para el análisis gramatical de las lenguas. Entre estos se pueden mencionar el Principio de Subyacencia, el Principio de Dependencia Estructural, el Principio de Autonomía Sintáctica, etc.
Los parámetros son opciones binarias a disposición de las lenguas naturales. Generalmente una de estas opciones es la opción por defecto y la otra es inusual, por lo que se le considera marcada. Entre estos parámetros están el posicionamiento del núcleo (inicial o final), la direccionalidad de la silabación (derecha a izquierda o izquierda a derecha), sujeto (tácito o explícito), etc. Así, en el idioma inglés el sujeto debe estar siempre presente en la oración (explícito), por lo que se dice «It is raining» para decir «Está lloviendo». En inglés, es obligatorio tener el pronombre «it» en la oración mientras que en español no hace falta ningún sujeto explícito. Por la declinación verbal es posible determinar el número y persona del sujeto.
La sumatoria de los principios y parámetros universales constituyen la base de la Gramática Universal. La selección particular de principios y parámetros por un idioma constituyen la gramática nuclear del idioma respectivo. Es decir, existe una gama de opciones para cada idioma que les otorga su singularidad. Algunas veces, los principios y parámetros pueden ser violados, lo que da nacimiento a la teoría de la marcación subyacente discutida a continuación.
Teoría de la Marcación
Ya se mencionó anteriormente que los valores asignados a los parámetros lingüísticos son los que diferencian un idioma de otro. Sin embargo, es común, en los idiomas naturales, que algunos principios universales o reglas propias de la lengua sean violados, generando excepciones. Para explicar las estructuras y palabras que violan las reglas, restricciones y principios del lenguaje, la gramática generativa desarrolló la Teoría de la Marcación. La teoría sostiene que algunos ítems léxicos tienen una marca en su representación subyacente que los hace excepcionales, por lo que las reglas comunes de la lengua no aplican a ellos. En el idioma español, por ejemplo, no se permite la formación de racimos de dos consonantes obstruyentes. Sin embargo, hay una serie de palabras de origen griego que sí lo permite (v.gr., bíceps, tríceps, forceps). Estas palabras, no obstante ser violatorias de las reglas fonológicas del español, son aceptadas como gramaticales por los hablantes de español.
Arriba también se mencionó que los adjetivos preceden a los sustantivos en la lengua inglesa. Sin embargo, hay formas en inglés que son marcadas, violando este orden de palabras. En inglés, frases como court martial, secretary general, president elect and notary public tienen orden sust. + adj. y no adj. + sust cómo lo establecen las reglas del idioma (c.fr., martial arts, general hospital, public affairs, con el orden esperado). A pesar de esta clara violación al orden de las palabras en inglés, las frases son gramaticales. La existencia de este tipo de violaciones es lo que da nacimiento a la teoría de la marcación. Las palabras y estructuras marcadas son siempre una minoría, por lo que deben ser memorizadas por los hablantes. Esta es la causa de muchos «errores» gramaticales producidos por los niños en su proceso de adquisición del lenguaje, ya que al aprender una regla o parámetro, éstos lo generalizan a todos los casos. Luego, tienen que aprender los casos marcados, generalmente en la educación formal. Es común escuchar a niños que están en el proceso de adquisición de su lengua que una vez adquirida una estructura gramatical, éstos la sobregeneralizan a todas las formas. De esta forma, cuando aprenden el participio pasivo en español, por ejemplo, aplican la regla a todos los verbos, generando formas como *escribido por escrito. No es sino hasta que comienzan la educación formal, que ellos aprenden que escribir es un verbo irregular, y que, por lo tanto, sus formas están marcadas por lo que hay que memorizarlas. Lo mismo sucede en inglés cuando los niños adquieren la regla del pasado y dicen *goed en lugar de went, la forma gramatical del verbo to go «ir.