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Antonio Núñez, consejero de la embajada de Venezuela en el país y el economista Salvador Árias, ponente en la Cátedra Simón Bolivar, que se imparte los lunes en la UES. Foto Diario Co Latino / Juan Cortez

La guerra económica: herramienta en contra de los gobiernos progresistas de Nuestra América

@AlmaCoLatino

La guerra económica es una manifestación propia de las leyes económicas, productivas y comerciales del sistema capitalista, guerra que, a su vez, es expresada por determinaciones jurídicas o leyes y políticas implícitas de las mismas ciencias económicas, así lo expresó el economista Salvador Arias, durante la VIII edición de Cátedra Simón Bolívar.

Según Arias, la guerra económica es impulsada como una estrategia mundial del imperialismo norteamericano, sus efectos desastrosos, son parte de una guerra histórica total contra los pueblos, ataca incluso, utilizando todas las formas de la delincuencia y el crimen organizado, lo cual se vincula a la crisis económica estructural mundial del sistema capitalista en general.

Así se manifiestan la primera y segunda ley de la oferta y la demanda, en el mercado no hay pan, carne, leche, los precios suben, y los capitalistas manejan perversamente estas preceptivas económicas contra el pueblo. El economista señaló que el imperialismo ha emprendido con mayor fuerza la derrota de la desestabilización teniendo como uno de sus ejes principales la llamada “guerra económica” que no es otra cosa que la confrontación de la lucha de clases, teniendo como su enemigo principal a los sectores populares y a los gobiernos revolucionarios.

“El empresariado o sector productivo por más nacional o patriótico que se presente siempre responderá a sus intereses de ganancias privadas y no pueden ser aliados en pactos. Estos tienen un poder en todos los ámbitos de la economía, la producción e importación de los productos y mercancías, la distribución, la tecnología y las formas de vida que promueven estilos capitalistas de consumo, de relaciones y de vida cotidiana bajo dominio de la propiedad privada”, externó Arias.

Naciones como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil se encuentran en la mira desestabilizadora de la derecha opositora internacional, ya que el propósito es fortalecerse a nivel mundial, teniendo como plataforma de empoderamiento económico y político los mercados y los Estados de los países de América Latina, especialmente volver a someter a las naciones de los gobiernos “progresistas” del cono sur.

Una de las pretensiones de dominio es el aspecto económico, para lo cual se hace uso de la estrategia de “el golpe suave” que es una de las nuevas maneras que tiene Estados Unidos de hacer la guerra, tal como ha ocurrido recientemente en Venezuela.

El Golpe de Estado blando o suave, son técnicas conspirativas y desestabilizadoras no directas y en un principio no violentas, con el fin de derrocar a un gobierno democráticamente constituido y, de esta manera, hacerse del poder político de una nación, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de un grupo económico y político.  Varios presidentes y expresidentes de Latinoamérica han sido víctimas de esta nueva modalidad de golpes de Estados, como Dilma Rousseff, en Brasil; Rafael Correa, en Ecuador; Cristina Fernández, en Argentina, y Nicolás Maduro, en Venezuela, al igual que su antecesor, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

La estrategia del golpe suave puede ejecutarse a través de cinco etapas jerarquizadas de manera simultánea, entre ellas, el incremento progresivo de los conflictos y la promoción del descontento, para generar factores de malestar, tales como el desabastecimiento, criminalidad, manipulación del dólar, paro patronal, denuncias de corrupción a través de medios de comunicación, sin sustentos reales.

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