Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Así como entre hermanos, cure matrimonios, stuff religiones, etnias, razas etc. llega un momento de paz, así nuestra generación asiste al epílogo de un enfrentamiento épico: armado e ideológico del siglo pasado entre Estados Unido y Cuba; armado por la invasión en Bahía de Cochinos Abril de 1961 e ideológico por el modelo socialista opuesto al capitalismo de Estados Unidos. Esa condición parece llegar a su fin el 21 y 22 de marzo de este año cuando el presidente Barack Obama visite La Habana, después de abatir enormes dificultades: apertura de relaciones diplomáticas, intercambio de embajadores, exclusión de Cuba como promotor del terrorismo etc., éstas acciones han provocado una enorme reacción de los grupos conservadores norteamericanos, que aún desean soluciones militares, bloqueos al infinito, cierre de mercados internacionales etc., acciones fracasadas durante cincuenta años de esa política equivocada.
Asistir a Cuba en esas fechas será Historia, será el reconocimiento que la Revolución era necesaria hace cincuenta años y continúa vigente porque ha demostrado que era el único medio para derrocar el autoritarismo y la oligarquía obsesionadas por la opulencia extrema a cualquier costo; mientras Estados Unidos con el presidente Obama construye una Revolución conceptual al reformar el concepto democrático para los norteamericanos y el mundo, ya no se trata del destino manifiesto de Woodrow Wilson, ni la política intervencionista imperialista del siglo pasado, sino la crítica a su propio modelo militarista: “Yo maduré durante la presidencia de Reagan –estudiaba Relaciones Internacionales en Columbia y luego trabajé como organizador comunitario en Chicago- y como muchos demócratas en aquellos tiempos lamentaba el efecto que tenían las políticas de Reagan en el Tercer Mundo: su administración apoyó a la Sudáfrica del apartheid, financió los escuadrones de la muerte de El Salvador y dispuso la invasión de la minúscula y desventurada Grenada”. La audacia de la esperanza/Barack Obama – Barcelona: Península, 2008 pág 305.
La figura, el legado o la lucha de Fidel Castro, su hermano y el pueblo cubano son la contraparte a la iniciativa norteamericana… en realidad un pueblo con las extremas limitaciones de Cuba producto del bloqueo norteamericano no puede avanzar en muchos aspectos sociales, sus puentes para solucionar sus conflictos sociales son débiles, los accesos tecnológicos son limitados, modelos de movilidad social son diferentes a los nuestros, en muchos casos incomprensibles para los capitalistas (genuinos o artificiales), porque simplemente su realidad es diferente, pero su ejemplar solidaridad con América Latina y el resto del mundo es motivo de admiración mundial: su lucha contra el ébola en África, los médicos en diferentes naciones, educadores, deportes etc.
Sin optimismo extremo, sin fanatismos, los privilegiados que presencien éste evento lo contarán a las futuras generaciones; Barack Obama parece repetir las palabras de Benjamín Franklin en una carta a su madre… prefiero que digan “hizo cosas útiles” a que digan “murió rico”, de la misma forma otro sector podrá pronunciar, el poema de Julio Cortázar al Che Guevara: “No nos vimos nunca pero no importaba/Yo tuve un hermano/que iba por los montes/mientras yo dormía/Lo quise a mi modo/le tomé su voz/libre como el agua,/caminé de a ratos/ cerca de su sombra.
Y esa historia del 21 y 22 de marzo les reconocerá a todos por valientes.