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LA HIJOPUTEZ HUMANA

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

Marcelino Cereijido es un médico argentino que reside en México. Publica “Hacia una teoría general sobre los hijos de puta” en el dos mil once1. El autor inicia su libro escribiendo que la humanidad está llena de hijos de puta. El sufrimientos que estos han infligido es mucho más grave que el cáncer, la lepra y el alzhéimer juntos. Por hijo de puta, Cereijido se refiere a aquel que perjudica en forma grave a un tercero. Es decir, aquel que causa el mal a sabiendas. En la novela “La naranja mecánica”, Anthony Burgess expone que el sadismo sexual, la violación, la estupidez y la brutalidad, pertenecen a la naturaleza violenta del hombre. En diversas obras filosóficas se habla que el mal es un fenómeno exclusivamente humano.

Formas cotidianas de hijoputez se dan con frecuencia en culturas donde la educación significa obediencia. Cereijido supone que, nuestra inserción a la cadena trófica, donde unos animales están forzados a nutrirse de otros, conduce a la aparición de varios tipos de hijoputeces. Las guerras modernas, por ejemplo, son hechas por pocos individuos que poseen gran poder, aconsejados por sus estrategas, pero, quien verá cara a cara al enemigo en el frente es un albañil, un verdulero, un colchonero disfrazados de soldados y enviados a pelear. Su conducta no es instintiva, sino, dirigida por el Estado.

El autor considera que un sensor interno nos recrimina y castiga cuando actuamos en detrimento de nuestros congéneres.  Los hijos de puta pueden manipular este mecanismo a través de buenas acciones, que suponen haber pagado por adelantado su derecho a hacer fechorías.

Una forma ancestral de hijoputez consiste en engañar al ser humano. Como muestra, el político recurre al uso de ciertas palabras, trajes y peinados hasta mostrarse como candidato sano y responsables. El adoctrinamiento de niños en la creencia de dogmas perjudica la capacidad de interpretar la realidad. La más humana de las hijoputeces es el exterminio de congéneres. Para llevarlo a cabo, se da un proceso de des subjetivación, consistente en quitar a una persona el rango de individuo y “cosificarlo”.

Para interpretar la realidad, se necesitó que el homínido estuviera dotado de una memoria que estableciera una cadena causal, es decir, una flecha temporal de causa-efecto. Interpretar la realidad es tan crucial para sobrevivir que, el ser humano empezó a utilizar la conciencia para completar las interpretaciones inconscientes. El cerebro puede albergar el inconsciente y la consciencia. Y es capaz de decidir como habremos de tratar al otro. “Alguien” muy dentro de nuestro organismo ordena que se lleve a cabo una acción y nos avisa, para pensar que ha sido nuestra conciencia quien tomó la decisión. Nuestro Doppelgänger puede hacernos cometer barbaridades, mientras estamos al tanto de que estamos transgrediendo alguna norma.

Cereijido estima que, la hijoputez humana es algo inherente a la vida. Supone que hay algo en nuestros genes que nos obliga a ser perversos. La maduración del sistema inmunitario y aparatos sensoriales que establecen circuitos neuronales, depende de la crianza.  Konrad Lorenz, Niko Tinbergen, Desmond Morris y otros, hablan de dos tipos de agresión: interespecífica e intraespecífica. La agresión intraespecífica tiene como función balancear la distribución de la especie, seleccionar a los mejor dotados y la defensa del joven.

En “History of cilization” Henry Thomas Buckle plantea que la sociedad prepara el crimen, pero, es el criminal quien lo comete. Una forma sutil de hijoputez es inventarnos un juego de restricciones con el que nosotros nos obligamos a cometer hijoputeces. El experimento de Stanley Milgram y Salomon Asch sobre la obediencia debida determina que, las circunstancias pueden hacer que una persona cualquiera se transforme de pronto en malvada. Para Francesco Alberoni, las circunstancias no dejan más alternativa que causar un mal para evitar uno mayor. Por eso opina que el mal se origina en un dilema. Hannah Arendt confirma que, si se dan las circunstancias apropiadas, cualquiera puede transformarse en un hijo de puta.

El ser humano ha vivido convencido que el mundo está bien hecho. Si hay brotes de maldad, lo que se debe hacer es restringirla. La vida en sociedad impide al individuo comportarse como si estuviera aislado y en completa libertad. En el experimento de la cárcel de Stanford, Philip Zimbardo demostró que los guardias y presos experimentales tendieron a caer en roles predefinidos. Entonces, cualquiera puede caer en semejantes abyecciones al desempeñar un puesto, un cargo o un rol.

Jean-Jacques Rousseau aseveró que la civilización corrompe al hombre cuando promueve la desigualdad.  Para Cereijido, el momento en que la conducta animal hijoputoide pasó a coexistir en el organismo humano se dio en la revolución agraria, hace unos diez mil u once mil años. No hay evidencia que los cazadores-recolectores de la edad de piedra, hayan tenido un instinto de territorialidad que los llevara a guerrear. El instinto de territorialidad parece haber surgido con el desarrollo de la agricultura, con el almacenamiento de excedentes y, más tarde, con el urbanismo.

La democracia surge como recurso para compensar la caída de un régimen autoritario y estratificado en niveles de jerarquía. Bases de la democracia son argumentar, refutar, convencer, disuadir y demostrar. Hoy se aplica el objetivo democrático, a un país donde mandatario y legisladores se escogen a través de elecciones. La democracia se identifica con el voto, aunque en realidad, señala el fracaso de la democracia. Los regímenes no democráticos provocan daños: el autoritarismo resulta cognitivamente muy pobre ya que trabaja un cerebro, el del jefe; los regímenes no democráticos no logran interpretar adecuadamente la realidad, surge la corrupción y el analfabetismo científico es frecuentemente intencional.

Una de las maneras modernas y devastadoras de hijoputez es, impedir que el otro acceda a una manera “científica” de interpretar la realidad. La hijoputez se ha usado para sembrar terror en poblaciones reacias a pagar tributos. Las víctimas de violencia se identifican con sus victimarios y llegan a comportarse como ellos. A través de las historietas los niños captan que en el mundo hay buenos y malos. Los héroes optan por el bien a través de una violencia insuperable.

La humanidad tiene la capacidad de concebir patrañas, forzarse a creerlas y disciplinarse, sistematizarse, obedecer y funcionar dentro de ese redil ideológico. El infanticidio permite entender la hijoputez humana. Las poblaciones tienden a eliminar a quienes tienen rasgos o condiciones alejadas de lo convencional.

En “El Príncipe”, Nicolas Maquiavelo afirma que los métodos crueles bien empleados pueden afianzar el dominio. Los pueblos que tienen ciencia, la usan para dominar a las cuatro quintas partes de la humanidad. Sociólogos, Politólogos y publicitas manipulan fenómenos para justificar desigualdades sociales y el darwinismo social.

La prostitución es prestarse a copular sin intención de reproducirse ni gozar, si no, por obtener un beneficio ajeno a ella. La periodista argentina Adriana Balaguer explora el mundo de las prostitutas. A la puta no le hubiera gustado ser puta y a sus hijos, tampoco parece encantarles ser hijos de putas. A los que hemos llamado hijos de puta por ser perversos, la mayoría, no son hijos de prostituta escribe Cereijido.

La hijoputez ha tomado nuestra inserción en la cadena trófica para usarla como forma de poder, causar injusticias, guerras, usura, analfabetismo científico, pobreza y otros flagelos. Finalmente, el machismo es un caldo de cultivo para generar hijos de puta.

El Salvador es el país con la mayor tasa de población carcelaria del mundo2,   presenta quinientos sesenta y dos presos por cada cien mil habitantes, con lo cual la población carcelaria total supera los ciento cinco mil reclusos. El Régimen de Excepción ha permitido el arresto de más de setenta y nueve mil novecientos cuarenta y siete presuntos pandilleros. Según familiares y organizaciones de los derechos humanos, muchos de los detenidos por el Régimen de Excepción son inocentes. Para CRISTOSAL, organización no gubernamental de derechos humanos, la única herramienta política que implementó el gobierno es la suspensión permanente de garantías constitucionales bajo la figura del Régimen de Excepción. En una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organizaciones de derechos humanos de El Salvador denunciaron tres cientos diecisiete desapariciones forzadas durante el Régimen de Excepción. Y CRISTOSAL ha documentado la muerte de ciento cincuenta y tres personas bajo custodia del Estado. Veintinueve de ellas fallecieron en forma violenta y cuarenta y seis, por probable muerte violenta o sospecha de criminalidad. La hijoputez se ha normalizado, el Régimen de Excepción es un instrumento político para aplastar las disidencias. Organizaciones sociales denuncian sus motivos políticos y la criminalización de las protestas.

(Endnotes)

1. Cereijido, Marcelino. Hacía una Teoría General Sobre los Hijos de Puta. En: https://labiblioteca.mx/llyfrgell/1303.pdf

 

2. Villagrán del Corral, Gerardo. El Salvador, el país con mayor población carcelaria. En: https://rebelion.org/el-salvador-el-pais-con-mayor-poblacion-carcelaria/

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