@arpassv
Ayer, pills en su encuentro ENADE 2014, case la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) confirmó su anquilosamiento en la perspectiva neoliberal más ortodoxa, sildenafil su vocación por la elusión tributaria y su escasa inteligencia, visión y patriotismo para pensar un proyecto de desarrollo nacional más allá de sus insaciables ansias de acumular ganancias.
Esto, además del antinacional intento de traer al presidente hondureño Juan Orlando Hernández como ponente principal del evento empresarial. Hernández, símbolo de la represión política contra el pueblo hondureño y de la entrega de la soberanía de la nación hermana a las transnacionales, es también impopular en nuestro país porque mantiene ocupada la salvadoreñísima Isla Conejo y por el desplante de no venir a la toma de posesión del Presidente Salvador Sánchez Cerén.
Incluso, hubo en la Asamblea Legislativa una moción de declarar “visitante non grato” al mandatario hondureño y fuertes críticas al desatino político de la ANEP. El diputado Sigfredo Ochoa Pérez, militar de derecha y embajador salvadoreño en Honduras durante el golpe de estado de 2009, consideró como una burda provocación política la decisión del gremio empresarial de invitar a Hernández al ENADE 2014.
Torpeza política aparte, la gremial empresarial quería que el mandatario hondureño presentara la nueva “panacea” para generar empleo y reducir la pobreza: las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES), el más reciente experimento de los herederos de los “Chicago Boys” ideólogos del neoliberalismo. De hecho, Paul Romer, inventor de las llamadas “ciudades chárter”, fue finalmente el conferencista estelar del evento de la ANEP.
Los “Chicago Boys” llegaron a Chile para experimentar el neoliberalismo a ultranza con Pinochet después del golpe de estado contra Salvador Allende, y Romer y compañía llegaron a la Honduras de Lobo y Hernández después del golpe contra Manuel Zelaya. ¡Qué casualidad!
Y ésa es la propuesta de la ANEP. La gremial empresarial quiere construir nuevas zonas francas donde las empresas evadan aún más el pago de impuestos y estén totalmente al margen de la acción gubernamental. Se trata de crear pequeñas islas donde la soberanía estatal no existe. Es –como dijo el escritor nicaragüense Sergio Ramírez refiriéndose a las ZEDES hondureñas– “la historia mordiéndose la cola”.