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@davidmar2105
“Un pueblo que no conoce su historia esta condenado a repetirla”, es una frase popular que tiene relación con la memoria histórica que pueda tener una sociedad, como la nuestra, que vivió más de doce años un conflicto armado.
Y es que de eso trató la segunda jornada de los Diálogos Culturales de Invierno que impulsa la Secretaría de Cultura del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), donde se dio a conocer la identidad y la memoria histórica que hay después del conflicto armado.
Una de las ponentes fue Georgina Hernández, quien hizo su tesis doctoral para conocer las prácticas e identidades de lugares que fueron campos tomados por la guerrilla en el periodo de la pos guerra, o sea desde la firma de los Acuerdos de Paz hasta el año 2015.
“Entre los hallazgos tenemos que la Post Guerra trajo profundos cambios en un momento histórico, de apertura de posibilidades y oportunidades. En este escenario la sociedad civil jugó un papel importante en el proceso que denominamos la memoria social que no solo tiene que ver con el conflicto armado, sino con el ámbito de la cultura”, indicó Hernández.
En este estudio aseguró que “el olvido social de la justicia” desvalorizó el pasado y su alcance moral impidiendo saldar la deuda del autoritarismo, lo que obstaculizó la reconciliación de la sociedad salvadoreña con sus autoridades.
Por ello dijo que “no hemos perdido la costumbre de hacer prácticas que no sean acorde a la violencia, la arbitrariedad y la impunidad. Es comprensible la poca importancia que se le da al no dejar en castigo a los responsables de las atrocidades cometidas en el reciente conflicto armado”.
En tanto, aseguró que la reciente anulación de la Ley de Amnistía tiene que ser la oportunidad de “curar” las heridas y lograr la tan anhelada reconciliación, y abogó porque esta situación no genere la llamada “cacerías de brujas” que muchos sectores dicen se hará debido a esta resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Similar trabajo hizo el antropólogo Carlos Lara, quien estudió el movimiento campesino de Chalatenango, en el que la repoblación ha impuesto patrones culturales y de alguna manera permitió recuperar la memoria histórica de las poblaciones del oriente del departamento.
“La memoria histórica la estudiamos como discurso, lo que forma parte de la dinámica social de estas poblaciones, para ello tenemos que entender esta dinámica porque juegan con una serie de contenidos propios que incide en la cultura de estas poblaciones”, indicó Lara.
Es así como se llega a la conclusión sobre la importancia de conocer la historia de los conflictos de una sociedad tan convulsionada como la nuestra, esto con el objetivo de conocer la verdad y así llegar a la verdadera reconciliación.
