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En el Salvador es necesario reflexionar la relación entre el pensamiento crítico y el cristianismo de liberación que permite entender también las razones que animan las luchas en esta parte del mundo, shop así lo afirmó el docente de la Universidad José Simeón Cañas (UCA, hospital Carlos Molina, durante la Cátedra Simón Bolívar.
Molina dijo que las figuras importantes de este pensamiento en El Salvador son Ignacio Ellacuría, Monseñor Oscar Arnulfo y Roque Dalton.
El asesinato de Ignacio Ellacuría el 16 de noviembre de 1989 instauró una clave interpretativa de la historia del pensamiento crítico salvadoreño que viaja en el tiempo de una manera heterodoxa.
Más que ser una regresión o un movimiento de refugio en la tradición se constituyen en un movimiento de futuro. No son una lógica del tiempo que defienden los discursos dominantes de la alianza del conocimiento y del poder, sino según el espíritu que respira desde las voces silenciadas de los oprimidos y de quienes hicieron con ellos sus apuestas.
“Cuando se apunta la mirada hacia el pasado se encuentran las fuentes legítimas de la reflexión que se necesitan, aunque no sean las únicas son las de los salvadoreños y por eso se debe hablar y escribir de ellos”, expresó el docente.
Asimismo, reiteró que los salvadoreños encuentran una de esas fuentes en la labor filosófica y teológica de Ignacio Ellacuría, al ver atrás se encuentra otra fuente separada por pocos años y menos distancia espiritual, la actividad pastoral y profética de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980.
La tercera fuente y con la cual pueden surgir más dudas acerca de su idoneidad, debido a que pertenece a una tradición de pensamiento y no comparte los aires de familia que son comunes a Ellacuria y a Romero, que apelaron a una espiritual compartida.
Esta fuente es la obra y el compromiso revolucionario de Roque Dalton, que también fue asesinado en 1975.
Dalton tiene mucho en común con los otros dos y no sólo porque en determinado momento coincide en su reflexión con la de ellos, sino porque hace suyo un esfuerzo consciente de incluir una peculiar interpretación teológica dentro de su obra, de manera crítica y heterodoxa, que es precisamente lo que hicieron Ellacuría y Romero a su manera.
“Es así que la relación entre estas tres figuras cimeras de la teoría y praxis crítica salvadoreña no es un mero asunto geográfico. Los tres realizaron, cada uno desde su específico lenguaje, una labor clarísima de reflexión crítica de la realidad salvadoreña y latinoamericana; los tres acompañaron ese compromiso teórico de una insobornable dedicación a la transformación de las condiciones de vida y la liberación de nuestros pueblos; y, de igual manera, los tres fueron consistentes y constantes hasta el final”, afirmó Molina.
Entre tanto, consideró que la obra y las decisiones políticas de Dalton pudieron ser interpretadas como “herejías políticas”, y es posible sugerir que el juicio en que se le condenó por traición estuviera determinado por la necesidad de la ortodoxia revolucionaria de imponerse de una vez por todas.
Mientras, Ellacuría y Romero no fueron asesinados directamente por la ortodoxia católica, pero sí se ha sugerido la existencia de una connivencia clara por parte de sectores eclesiales, sobre todo en el caso de Romero, “cuando a tu muerte le siguen el silencio y la difamación, no hacen falta rastros de pólvora para ser cómplice”, agregó.
Estas tres mentes con sus respectivos pensamientos han dado una respuesta desde El Salvador a esa inquietud de la resistencia antiimperialista.