Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
La belleza paisajística del estero de Jaltepeque que se extiende en un área aproximada de 49 mil 454 hectáreas de aguas tibias, que bañan las costas de los departamentos de La Paz y San Vicente, contrastan con la vulnerabilidad de sus innumerables ecosistemas costero-marino, pero que aún resisten por sobrevivir a la contaminación del hombre y embates del Cambio Climático.
“Las tortugas marinas como la Baule, Prieta y Carey antes venían a desovar, pero desde el año 2009, ya solo lo hace la Golfina”, explicó Walter Antonio Peña, encargado del Corral de Incubación de la Tortuga Marina de la Isla Tasajera, que junto a su comunidad trabajan en la protección del quelonio para liberarlas al mar con el fin de mantener la subsistencia de la especie.
Junto a la Asociación Fundación para la Cooperación y el Desarrollo Comunal de El Salvador (CORDES); Ayuda en Acción, FUNSEL y el Movimiento Popular de Agricultura (MOPAC) las comunidades han dividido la playa en cinco sectores y están trabajando en conjunto para seguir con el “Plan Local de Aprovechamiento Sostenible” (PLAS) que comparten con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) para la gestión de los recursos del territorio y el aprovechamiento sostenible de los mismos.
“Como comunidad organizada hemos dispuesto un grupo de 200 recolectores de huevo de tortuga a lo largo de la playa, que salen en la noche a tomar los huevos y los traen al vivero. Nosotros los recibimos y les pagamos por una boleta de información específica que registra las dimensiones de largo y ancho de la tortuga; la profundidad del hoyo o nido que cavó para su nidada y otros datos de interés para llenar una bitácora de información”, comentó.
La actividad del desove de las tortugas marinas inicia a finales del mes de julio, dando pie a un movimiento activo de 30 ó 40 tortugas que arriban a la playa en horas nocturnas; pero no omite su preocupación cuando baja el número de llegadas que puede ser hasta 15 quelonios.
La isla Tasajera como sitio Ramsar, cuenta con protección jurídica, de ahí la decisión de las comunidades con la problemática de contaminación y los efectos del Cambio Climático con la promoción de agricultura orgánica, mejora de calidad de agua e intensificar el eco-turismo como una forma alternativa de desarrollo.
En el corral de incubación los tortugueros han logrado arraigar 910 nidos del cual, emergen del vivero cada noche, alrededor de 1 mil 500 a 2 mil tortugas provenientes de 30 a 40 nidos, que se abren paso a la superficie dispuestas a continuar el ancestral ciclo de vida en las profundidades del océano hasta su regreso a la misma playa de donde salieron 10 ó 15 años atrás.
“Estamos a favor de una planificación territorial para evitar la descarga de desechos sólidos y aguas residuales, hogares y de la industria hotelera y esperamos que los ministerios de Medio Ambiente, Turismo y gobiernos locales para que ayuden con la protección jurídica al bosque salado, a través del turismo sostenible y no a gran escala como lo plantea FOMILENIO II. Estamos comprometidos a entregar más adelante a nuestros hijos y nietos un océano más limpio para que lo disfruten ”, consideró.
Unos 40 minutos, estero adentro, David Ramos Técnico en Acuicultura
de CORDES, presenta los “Patios de Corral del Cangrejo Azul o Tihuacal”, con un área de más de mil metros cuadrados (1 manzana) donde explica como atienden este vivero de crustáceos y las hembras grávidas, con el fin de aumentar y preservar la población amenazada por la depredación de su medio ambiente en los bosques salados.
“En estos corrales pasamos cuidando a la hembra cuando ya está fecundada y la alimentamos y cuidamos, cuando le toca el momento de alumbramiento, ella misma busca el agua para ir a desovar ahí es cuando tomamos las crías y las llevamos a nuestro laboratorio porque queremos recuperarlos, para que existan mayor población del cangrejo en la zona”, manifestó.
Estos corrales de reproducción y engorde implementados por la comunidad tienen la capacidad de contener toda la semilla que se genera en el área, por tanto el compromiso de los comunitarios es repoblar y rescatar su medio ambiente
“Ya hay familias que están adaptando sus patios a este mismo esquema desde cómo debe agarrarse a la hembra grávida, su aislamiento, el encierro del corral y las especies vegetales que se deben tener los corrales, simulando su medio ambiente. La gente ya dejó de perder días enteros buscando cangrejos en los bosques salados, todo eso lo tiene ahora disponible en su patio trasero”, agregó.
Jesús Mauricio Orellana Orellana, Responsable de Fundación CORDES, que acompaña a las comunidades, subrayó la importancia de desarrollar estos medios de vida en la zona que los pobladores han adoptado para su supervivencia y el compromiso para rescatar el medio ambiente en el estero de Jaltepeque que también se encuentra impactado por el Cambio Climático.
“Tenemos como principal logro la participación de las comunidades así como, la sensibilización del tema de la conservación del medio ambiente, además se benefician económicamente a muchas familias de la zona y a su vez, preservando las especies es un doble enfoque económico y social”, puntualizó.
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