Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“En resumen, tenemos una coyuntura social y económica sumamente adversa para las mayorías populares, las organizaciones y los movimientos sociales en general”, explicó Antonio Barrera Castillo, miembro del Movimiento “Generación Romero”.
Generación Romero pertenece a una red de organizaciones de grupos de base que están plenamente dedicados al tema del rescate de la Memoria Histórica y la vinculación con las principales reivindicaciones de los pueblos; como el tema agua, que son aspectos centrales de derechos humanos e incluye la renta universal y la inclusión económica, una lucha social que lidera desde la plataforma colectiva “CONVIDA 20” que busca la Paz, la Justicia y el Antimilitarismo, dijo en exclusiva a Diario Co Latino.
-¿Antonio, qué lectura haces de la situación actual?
La situación actual es sumamente difícil para las mayorías populares y movimientos sociales. El presidente (Nayib Bukele) actúa como si él fuera el Estado; como Luis XIV, el Estado soy yo, actuando con impunidad, porque se refugia en la fantasía de su alto porcentaje de apoyo ciudadano, tendrá aceptación alta y lo reconocemos, pero no todos estamos de acuerdo. Es por esto que estamos trabajando -principalmente- desde una plataforma de organizaciones y Comunidades Eclesiales de Base, vinculadas con iglesias populares, en una concepción bastante ecuménica, que quieren trascender también a la parte macro ecuménica. Somos -de hecho- organizaciones políticas no partidarias que hacemos trabajo político no partidario. Es un enfoque de derechos humanos, es por esto que vamos a realizar el próximo 26 de octubre el Foro: Impunidad, Memoria y Esperanza en El Salvador, será a las 4:00 de la tarde en El Salvador, en Colombia/Panamá a las 5:00 p.m.; en Estados Unidos a las 6:00 p.m.; a las 7:00 p.m. en Chile/Argentina y cero horas en Europa. Que se enmarca en el Día Nacional de las y los Defensores de Derechos Humanos, y en homenaje a Hebert Anaya Sanabria.
-¿Una lucha social política?
En la medida que queremos hacer de la lucha política y de la organización política algo más, y superar ese patrimonio exclusivo que tienen los partidos políticos y esa perversa acción política que son las campañas electorales, no tenemos nada en contra de la lucha electoral en sí misma; es una alternativa que tienen los pueblos de buscar su emancipación. Vamos más allá de las expresiones partidarias, más allá de los procesos electorales, en ese sentido estamos proponiendo darle seguimiento crítico y romper con los tres mandamientos del neoliberalismo: votar, callar y ver televisión, citando a Pedro Casaldáliga (sacerdote misionero). En ese sentido, nosotros queremos hacer eso, romper con esos tres mandamientos, para votar con conciencia, no callarnos y no veremos las cadenas de televisión y de hacerlo, pues de manera crítica. Puede ser una postura complicada pero muy esperanzadora también, porque creemos mucho en la resistencia y como dice Ernesto Sábato “En la resistencia habita la esperanza”.
-¿Como la enseñanza de los mártires salvadoreños?
Sí, en esas circunstancias adversas estamos forjando la lucha y en eso está la esperanza y los mártires de este país. Y no está de más recortarlos con dolor, y que lo hacemos, tenemos todo el derecho a sentir el dolor porque no es fácil perder a 80,000 personas, a 8,000 desaparecidos y 12,000 personas lisiadas de guerra, que nos hace profundizar nuestra lucha y dar signos de esperanza.
Como lo sucedido en Bolivia, estamos contentos con lo que ha pasado, es un aire fresco para las luchas populares, para las democracias, sobre todo, la energía nueva y ancestral, porque son los pueblos originarios contra el autoritarismo racista del Sur. Nosotros y nosotras estamos inspirados en el perseguido, preso, torturado o asesinado político, como lo fue Jesús Nazareno, siempre la hemos tenido cuesta arriba. Pero siempre habrá una rendija por donde se puede colar la luz de la esperanza.
-¿Cuál es el principal obstáculo a la paz?
Recordemos, la gente no se decidió por Jesús; es decir, por la liberación, la verdad, el camino, la sal de la vida. La mayoría absoluta escogió la continuidad de la impunidad. Es un virus, es una pandemia muy actual la impunidad. Es la típica enfermedad difundida por todo el mundo, desde Martín Luther King, en Estados Unidos; los miles de desaparecidos de Argentina; los 43 de Ayotzinapa en México; los crímenes de pueblos indígenas por Ríos Montt en Guatemala; el crimen de Bertha Cáceres en Honduras, están impunes. Y así podemos reconstruir toda una historia de impunidad, porque la impunidad del pasado explica la impunidad del presente y es garantía de repetición de los abusos y crímenes de ahora.
-¿Qué ocurre con la memoria colectiva?
La memoria es importante y este pueblo no es desmemoriado, sino que es un pueblo desmemorizado y la diferencia es sustantiva porque no es la voluntad exclusiva de los pueblos de perder su memoria colectiva. Es el sistema de cosas diseñado de tal manera, que olvidemos a las víctimas de la Masacre de El Mozote, el magnicidio de monseñor Romero, que sabemos por qué lo mataron, quiénes lo mataron incluso quién le disparó en el altar. Entonces, no es un pueblo sin memoria, es desmemorizado por este sistema de cosas que coloca a la población en posturas de pan y circo, privilegiando abrir los estadios de fútbol que alienan y no abrir los archivos de la masacre de El Mozote, para reivindicar a las víctimas, solo ofrecen parafernalia y show.
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