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Transeúntes en la plaza Gerardo Barrios del Centro Histórico de San Salvador. Foto Diario Co Latino/Javier Díaz

La inequidad económica de los salvadoreños

Javier Díaz
@javier_diaz79

El Salvador sigue siendo uno de los países con mayor inequidad de América Latina y eso a pesar de que forma parte de los países de renta intermedia. El 42,2% de la población vive aún por debajo del umbral de la pobreza y el 12,3% en pobreza extrema. La situación de postguerra y el fenómeno de las maras posicionan El Salvador como uno de los países de américa más violentos, manifestó la Association for Cultural, Technical and Educational Cooperation (ACTEC).

Durante la pandemia por Covid-19, El Salvador fue el país de Centro América que más rápido adoptó fuertes medidas de contención contra el brote y sigue siendo uno de los países menos afectados. Sin embargo, la pandemia ha dejado efectos negativos en la reducción de la pobreza y el crecimiento económico que reflejo un 8,7 % en el PIB del año pasado, debido a la disminución de la actividad económica y la reducción del ingreso de remesas enviadas a los hogares salvadoreños, principalmente desde Estados Unidos, para este año se espera que el crecimiento económico sea de un 4,9%.

EL gobierno de El Salvador durante su gestión y exactamente en el tiempo de contención por la pandemia, brindó apoyo alimenticio y económico a miles de hogares salvadoreños que estaban y siguen sufriendo los efectos del confinamiento por el Covid-19, que dañó al mundo entero, pese a esto, una de las opiniones expresadas por una vendedora deambulante del centro de San Salvador fue el siguiente: “El gobierno me puede dar un par de dólares y se agradece, pero eso solo me ayudará un par de días a calmar levemente el hambre, diferente es que me diera herramientas de trabajo, para yo generar una economía constante para mi subsistencia y la de mi familia, a parte que con eso ya estoy siendo parte de una economía más estable e igualitaria para todas y todos”.

El Salvador tiene un gran potencial para impulsar el crecimiento económico, además de contar con una ubicación estratégica que da acceso a muchos mercados, una fuerza laboral en crecimiento y una base industrial sólida que podría respaldar la expansión del sector comercial para lograr un crecimiento más fuerte e inclusivo. En el que, si se reestructuraran los programas de desarrollo laboral del país, por unos más humanizados donde se aproveche esa población desplazada del sector productivo del país, capacitándola y brindándole herramientas de trabajo, es muy posible un aumento de la ruptura en la brecha de inequidad que obstruye el crecimiento del país.

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