Caralvá
Intimissimun
El tema de la inmigración es recurrente en la historia de los pueblos del mundo, los motivos son conocidos en sus diferentes expresiones, la cita en una novela es otro nivel de elaboración literaria e incluso sus argumentos son referidos a eventos insospechados, como es la post-revolución mexicana.
Publicada en 1958 en la cuarta década de consolidación de la Revolución Mexicana, con una riqueza de eventos sociales diferentes a otras naciones latinoamericanas, la cita que hemos encontrado es apenas un esbozo del complejo marco político-social-internacional de aquél México que ya tenía una fuerte corriente de inmigrantes hacia Estados Unidos, todo ello producto de un modelo capitalista que no podía desarrollarse puesto que no poseía una acumulación científica, dineraria, tecnológica o investigación productiva suficiente para competir con su poderoso vecino.
La región más transparente/Carlos Fuentes – México: Penguin Randon House Grupo Editorial, 2016 – 544 pág. es una obra formidable de datos históricos, populares, referencias geográficas etc., el autor Carlos Fuentes 1928-2012 recibió numerosos premios, de él Julio Ortega escribió: “leer a Fuentes es exceder límites, cruzar fronteras, ensayar la hibridez y reconocer, entre otros umbrales, un nuevo espacio de reconstrucciones. Comunica una energía inquieta, una complicidad tan imaginativa como crítica”.
(Fragmento diálogo Federico Robles e Ixca Cienfuegos)
“Pueden criticarnos mucho, Cienfuegos, y creer que el puñado de millonarios mexicanos -por lo menos la vieja guardia, que por entonces se formó- nos hemos hecho ricos con el sudor del pueblo. Pero cuando recuerda uno a México en aquellas épocas, se ven las cosas de manera distinta. Gavillas de bandoleros que no podían renunciar a la bola. Paralización de la vida económica del país. Generales con ejércitos privados. Desprestigio de México en el extranjero. Falta de confianza en la industria. Inseguridad en el campo. Ausencia de instituciones. Y a nosotros no tocaba, al mismo tiempo, defender los postulados de la Revolución y hacerlos trabajar en beneficio del progreso y el orden del país. No es tarea sencilla conciliar las dos cosas. Lo que sí es fácil es proclamar ideales revolucionarios: reparto de tierras, protección a los obreros, lo que usted guste. Ahí nos tocó entrarle a torito y darnos cuenta la única verdad política, el compromiso. Aquello fue el momento de decidir a construir, incluso manchándonos las conciencias. De sacrificar ideales para que algo tangible se lograra. Y procedimos a hacerlo bien y bonito. Teníamos derecho a todo, porque habíamos pasado por ésas. A éste lo había agarrado la Acordada, a aquél le habían violado a la madre, al otro robado las tierras. Y a todos, el porfirismo no nos habría caminos, nos había cerrado las puertas de la ambición. Ahora era la de armarnos, Cienfuegos, la nuestra, sí, pero siempre trabajando por el país, no gratuitamente como los del viejo régimen.
De pie junto a la ventana, Robres señaló la extensión anárquica de la Ciudad de México. Cienfuegos prolongaba sus columnas de humo, silencioso.
-Mire para afuera. Ahí quedan todavía millones de analfabetos, de indios descalzos, de harapientos muertos de hambre, de ejidatarios con una miserable parcela de tierras de temporal, sin maquinaria, sin refacciones, de desocupados que huyen a los Estados Unidos. Pero también hay millones que pudieron ir a las escuelas que nosotros, la Revolución, les construimos, millones para quienes se acabó la tienda de raya y se abrió la industria urbana, millones que en 1910 hubieran sido criadas y ahora son mecanógrafas con buenos sueldos, millones que en treinta años ha pasado del pueblo a la clase media, que tienen coches y usan pasta de dientes y pasan cinco días al año en Tecolutla o Acapulco. A esos millones nuestra industria les ha dado trabajo, nuestro comercio los ha arraigado. Hemos creado, por primera vez en la historia de México, una clase media estable con pequeños intereses económicos y personales, que son la mejor garantía contra las revueltas y bochinches. Gentes que no quieren perder la chamba, el cochecito, el ajuar de abonos, por nada del mundo. Esas gentes son la única obra concreta de la Revolución, y esa fue nuestra obra. Cienfuegos. Sentamos las bases del capitalismo mexicano. Las sentó Calles” [1] .
Como puede observarse, se toca en forma tangencial los orígenes de la inmigración mexicana, con énfasis en las clases que no pueden insertarse en el capitalismo, pero al mismo tiempo se hace referencia al arraigo de millones de mexicanos que no emigran, por el contrario, prefieren su patria y sus beneficios.
Ahora son tiempos de la deportación masiva, el avance del capitalismo no permite la incorporación económica de millones, no es posible, el modelo de desarrollo económico no puede absorberlos, por que la acumulación dineraria de México: científica, tecnológica, financiera, investigación etc. no logra el nivel requerido, así el desarrollo desigual entre naciones se profundiza más y más.
[1] La región más transparente/Carlos Fuentes – México: Penguin Randon House Grupo Editorial, 2016 – 141-143 pág.
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