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La condena contra el exministro de Obras Públicas Gerson Martínez, por parte de la Corte de Cuentas de la República, por la construcción de la moderna terminal del SITRAMSS, no puede calificarse más que como una decisión política para afectar la campaña electoral del FMLN.
Gerson Martínez es el responsable de la elaboración del programa de Gobierno del FMLN, y por lo tanto, de la fórmula presidencial conformada por Hugo Martínez y Karina Sosa.
Recordemos, además, que el periodo en que Martínez fue ministro de Obras Públicas, su principal virtud fue la transparencia y le puso fin a la corrupción.
Por eso, cuando la Corte lo condena y le obliga a pagar a él, y a otros funcionarios relacionados con esa cartera de Estado, lo que busca es manchar la imagen proba de uno de los exministros del FMLN, más aceptado por la población que conoció de su trabajo en dicho ministerio.
Gerson Martínez, quien fue precandidato presidencial del FMLN, se había mantenido hasta hoy como un ejemplo de funcionario, comprometido con su trabajo y un luchador contra la corrupción.
Fue Gerson Martínez quien, en tiempo del primer gobierno del FMLN, acudió a la Fiscalía para dar aviso de más de 150 casos de corrupción en el MOP. Esos casos, por cierto, han sido engavetados en la Fiscalía General de la República.
No dudemos que esta condena contra una figura histórica del FMLN y uno de los exfuncionarios más destacados del Gobierno de Mauricio Funes y del Presidente Salvador Sánchez Cerén, será utilizado por los otros partidos y candidatos a la presidencia para desprestigiar al FMLN, en el tema de la supuesta lucha contra la corrupción.
La ciudadanía debe tomar esta maniobra de la Corte de Cuentas como una acción en el marco de la campaña electoral que inició el pasado 3 de octubre, y que busca golpear al FMLN. Y es que la intención es clara, pero su efecto depende de la racionalidad del ciudadano.
