Juan José Tamayo
Director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”. Sus últimos libros son: “¿Ha muerto la utopía? ¿Triunfan las distopías? (Biblioteca Nueva 2019, 3ª ed.) y Hermano Islam (Trotta, 2019).
Un fantasma recorre el mundo: los fundamentalismos
“¡Un fantasma recorre Europa: el comunismo!”. Así comienza el Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Afirmación que podría ser sustituida por otra que expresa el clima generalizado que estamos viviendo hoy: “¡Un fantasma recorre el mundo: el fundamentalismo!”. Pero más que de un fantasma se trata de un huracán que convierte el diálogo de culturas en choque de civilizaciones, los encuentros interreligiosos en guerras de religiones, torna misión imposible la convivencia, impone la dialéctica amigo-enemigo en las relaciones entre los pueblos, y cuando desemboca en terrorismo, destruye el tejido de la vida. Mejor habría que hablar de fundamentalismos en plural, ya que son muchos y actúan en alianza: religioso, político, económico, cultural, étnico, patriarcal, etcétera.
Internacional Cristo-neofascista
En América Latina, Estados Unidos y Europa estamos asistiendo a una avance de las organizaciones y partidos políticos fundamentalistas de extrema de derecha, cuyos objetivos son la defensa a ultranza de los postulados neoliberales sin reparar en su ostensible fracaso, la destrucción de la democracia desde dentro, el negacionismo del cambio climático y el ataque a la teoría de género y a los movimientos feministas y LGTBIQ. No pocos de dichos partidos y organizaciones cuentan con una importante –y a veces decisiva- representación parlamentaria y gobiernan varios países.
Estos partidos conforman un entramado perfectamente estructurado y coordinado a nivel global, y están en conexión orgánica con grupos fundamentalistas religiosos, preferentemente evangélicos, pero también católicos -con el apoyo de sus respectivas jerarquías- hasta conformar lo que Nazaret Castro llama “la Internacional neofascista”, y yo califico de “Internacional Cristo-neofascsista”. Esto sucede en las diferentes religiones e iglesias, incluida la Iglesia católica; durante el pontificado reformador del papa Francisco, que tiene a sus adversarios dentro de la Curia Romana y en un importante sector del episcopado mundial.
VOX y HazteOír
Empecemos por nuestra casa. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta internacional es en España es la convergencia, complicidad y total sintonía entre HazteOír, organización católica española de ideología ultraconservadora, que ha fundado un lobby internacional con el nombre de CitizenGo, y VOX, a quien L’ Osservatore Romano –órgano oficial del Vaticano- califica de “formación política de extrema derecha”, mientras que, en claro desacuerdo con él, el cardenal español Antonio Cañizares afirma que no es “en absoluto” de extrema derecha, sino “de derechas y totalmente constitucional”.
La alianza de VOX con el integrismo católico se manifestó desde el principio de su nacimiento como partido político. HazteOír sirvió de plataforma para visibilizar mediáticamente a Vox en sus comienzos como partido político y ha concedido premios a Santiago Abascal y a otros líderes del mismo partido. En legítima correspondencia, Vox ha incorporado a miembros vinculados a HazteOír en los Parlamentos de las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y el Congreso de los Diputados, como ha demostrado la rigurosa investigación de Laura Galaup y Jesús Bastante publicada en el diario.es.
La confesionalidad ultracatólica de VOX se ha vuelto a poner de manifiesto en dos hechos política y religiosamente integristas. Uno ha sido la convocatoria, dentro de la campaña “déjanos nacer”, de una misa por “todos los niños abortados durante el año 2019”, y “por aquellas mujeres en peligro de exclusión y con pensamiento de abortar”, en una parroquia de Sevilla en la que se iban a repartir fotografías de fetos. La misa no ha llegado a celebrarse por decisión del arzobispado. El segundo ha tenido lugar en Ceuta, donde su presidente, Juan Jesús Vivas respondiendo a la demanda de VOX, ha retirado de los presupuestos de la ciudad para 2020 la subvención asignada a la Asociación Católica Cardinj (en recuerdo del sacerdote belga fundador de la Juventud Obrera Cristiana, JOC), que atiende a menores inmigrantes no acompañados. La justificación alegada por VOX para retirar dicha subvención es la necesidad de eliminar “inversiones innecesarias” y “el fin de los chiringuitos· El dinero de la subvención se destinará a la rehabilitación de la Iglesia de la Virgen del Carmen.
Ante tamañas insolidaridad e impiedad para con menores sin familia, encerrados en centros en general poco hospitalarios, el arzobispo franciscano Santiago Agrelo, que fue arzobispo de Tánger (Marruecos) durante doce años y la voz profética de las personas migrantes que clamó en el desierto político y religioso, ha expresado públicamente su oposición a que se destine un solo euro para reparar la iglesia del Carmen con este razonamiento, que comparto:
“No se de quién es responsabilidad de esa Iglesia del Carmen que los políticos ceutíes pretenden restaurar con el dinero robado a los pobres. Tengo la certeza de que, si es del obispado de Cádiz y Ceuta, no permitirá que un solo euro de los robados a los pobres sirva para poner un solo ladrillo en esa iglesia”.
Desde su solidaridad y acompañamiento a los migrantes Agrelo parece dirigirse a sus hermanos en el episcopado cómodamente instalados en sus sedes episcopales cuando afirma que “no es lo mismo leer el Evangelio en una catedral que leerlo en una patera”.
Salvini inocula el odio contra las personas inmigrantes
En sus mítines Salvini inocula el discurso del odio contra las personas y los colectivos migrantes y refugiados a los fieles devotos que lo escuchan embelesados como a un nuevo Savonarola. Y lo hace con el crucifijo, la imagen de la Virgen en el pecho y el rosario en la mano.
De dicho discurso se hacen eco los medios de comunicación y las redes sociales extendiendo el odio por todos los continentes. Un odio que no se quedó en el discurso, sino que llevó a la práctica durante su etapa de vicepresidente de la República Italiana y ministro del Interior impidiendo el acceso a los puertos italianos a las embarcaciones humanitarias que rescataban a inmigrantes y poniendo en peligro la vida de muchas personas.
El crucifijo, la Virgen y el rosario constituyen la más sacrílega legitimación de sus políticas xenófobas. ¡Qué contradicción!
Salvini es uno de los dirigentes políticos más críticos con el papa Francisco hacia quien fomenta el discurso del odio precisamente por su política en defensa de los inmigrantes que llegan a nuestras costas y se encuentran con la insolidaridad de los gobiernos que, en vez de abrirlos las puertas hospitalariamente como corresponde a personas de la familia humana, se las cierran a cal y canto.