Salvador Ventura
El dicho “por sus obras los conoceréis”, capsule usado frecuentemente, tiene su fuente en el evangelio… lo dijo Jesús, según los redactores de la Biblia, para darnos un criterio que nos ayude a distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas.
En su editorial del martes 18 de este mes, el director de El Diario de Hoy usa este dicho para hacer ver ante la población que el corrupto Francisco Flores Pérez, fue un excelente presidente a quien “los salvadoreños deben mucha gratitud, un mandatario que cuidó las instituciones, respetó y fortaleció la democracia…”
De entrada aclaramos que El Diario de Hoy forma parte de esa estructura de poder mediático, político y económico que trata de salvar el pellejo de Flores Pérez y de paso eximir de culpa al partido Arena por el robo descarado de más de $80 millones donados por Taiwán al pueblo salvadoreño para construir viviendas a familias damnificadas por los terremotos.
En segundo lugar, Flores Pérez jamás “gobernó de cara a la nación”, ni “fortaleció la democracia”, mucho menos “actuó sin odios y honestidad”. En su periodo se produjeron tres escandalosos hechos de corrupción: la estafa de $100 millones en la ANDA, la venta ilegal de activos de la CEL y la desaparición de la ayuda millonaria de Taiwán.
Además, cómo puede afirmarse que gobernó de cara a la nación cuando en un “madrugón” espectacular se aprobó la Ley de Compensación Monetaria, conocida como “dolarización” causante del hundimiento económico del país, medida por cierto adversada en su momento por el director de El Diario de Hoy. La venta ilegal de activos de la CEL a la empresa italiana ENEL Green Power, es decir el gas natural conocido como “el petróleo de los salvadoreños”, en la cual están implicados siete ex funcionarios de Arena, incluyendo al “padrino” de la oligarquía, Guillermo Sol Bang, fue un acto perverso contra la democracia y las instituciones del país.
Sin embargo, el editorialista de El Diario de Hoy, afirma sin vergüenza alguna que “Flores dio el paso decisivo para la operación de LaGeo, que ha traído enormes beneficios –la producción de energía renovable y no contaminante que cubre el 25 por ciento de la generación eléctrica…”, sin mencionar, la pérdida de $1,800 millones por la venta ilegal de sus activos.
Cómo puede hablar de que “actuó sin odios y honestidad”, cuando protegió al terrorista internacional Luis Posada Carriles, con quien se iba frecuentemente de cacería e intercedió “con la fuerza del dinero” con la ex presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, para liberar de la cárcel a Posada Carriles.
Un hombre revestido de odio como se pudo apreciar en sus ojos cuando sin razón alguna atacó verbalmente al entonces primer secretario del partido comunista y presidente de Cuba, Fidel Castro, quien dicho sea de paso, le brindó una lección de sabiduría y de debate público al ponerlo en ridículo en la cumbre iberoamericana celebrada en Panamá.
Flores Pérez, durante su mandato de cinco años, jamás permitió a su vicepresidente Carlos Quintanilla, conocer su despacho y fue marginado de todos los actos originados en Casa Presidencial, así como tuvo una mínima participación en las actividades del gobierno, como él mismo lo ha reconocido.
El ex presidente Flores Pérez, lejos de fortalecer “la democracia y “cuidar las instituciones”, atentó contra la libertad de prensa y expresión del pensamiento al censurar a los periodistas que se atrevían a criticar su forma autoritaria de proceder, como cuando pidió a un empresario mexicano despedir de su canal a un conductor de su noticiero.
El ex presidente Flores Pérez jamás contribuyó a disminuir la pobreza y la desigualdad en el país, mucho menos a elevar la calidad de vida “de muchísimos salvadoreños”, lejos de ello dio un golpe de gracia a la precaria economía hogareña al imponer la dolarización y dejar sin política monetaria a nuestro país.
Sus cinco infames años en el gobierno se destacaron por una millonaria campaña publicitaria donde él aparecía “festejando logros” nunca vistos ni apreciados por esos “muchísimos salvadoreños”, como quiere dar a entender en su editorial lleno de mentiras y elogios gratuitos por El Diario de Hoy.
La verdad resplandece y sale a luz pública más temprano que tarde, ahora los salvadoreños saben perfectamente la clase de gobierno desarrollado por el ex presidente Flores Pérez, donde se privilegió la corrupción, el tráfico de influencias, la evasión de impuestos y el autoritarismo como un estilo y una forma normal de ejercer el poder.