Madrid/dpa
Los socialistas del PSOE y los izquierdistas de Podemos estrenaron hoy en la comunidad de Castilla-La Mancha su primer gobierno regional conjunto, poniendo así a prueba la alianza que a nivel nacional podría arrebatar el Gobierno al conservador Mariano Rajoy.
El socialista Emiliano García-Page, presidente de la región situada en el centro de España, incorporó a dos miembros de Podemos en su Gobierno, incluyendo un vicepresidente segundo. Es la primera vez que el PSOE, primera fuerza de la oposición, comparte un Ejecutivo regional con Podemos, tercer partido más fuerte del Congreso.
La alianza se produce después de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias reforzaran su liderazgo en las elecciones internas celebradas en el PSOE y en Podemos, respectivamente, y cierra una larga historia de búsquedas y desencuentros entre los dos principales referentes de la izquierda en España.
Desde que irrumpió en 2014 con fuerza en el paisaje político español con un discurso desafiante y de izquierda, Podemos se convirtió en una amenaza para el PSOE, un partido centenario que registró desde entonces sus peores resultados históricos.
Tras las elecciones de diciembre de 2015, Sánchez estudió formar Gobierno con Iglesias, pero las negociaciones se frustraron. La rivalidad entre los dos partidos por conquistar el voto de izquierda se debate contra el objetivo común de ambos: arrebatar el Gobierno al Partido Popular (PP) de Rajoy.
En Castilla-La Mancha, ambas fuerzas mantenían una tensa relación que facilitó la investidura de García-Page pero frustró en abril la aprobación del presupuesto autonómico de 2017. Tras ese bloqueo, ambas llegaron este mes al acuerdo por el que Podemos entró en el Gobierno local, al parecer con el impulso de Sánchez e Iglesias.
«El acuerdo no tiene por qué ser extrapolable a otras comunidades autónomas ni al conjunto del país», aclaró hoy García-Page, atajando los cálculos políticos que medios y analistas se lanzaron a hacer frente al punto de inflexión en el vínculo PSOE-Podemos.
Más abierto se mostró Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos. «Aunque lo que hoy ha ocurrido en Castilla-La Mancha no sea directamente extrapolable a otros territorios, espero que marque el rumbo de lo que puede pasar en el ámbito estatal», admitió, confiando en que la experiencia «sirva para echar a Mariano Rajoy».
El Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de julio reflejaba la semana pasada un retroceso del PP de Rajoy (28,8 por ciento) y de los liberales de Ciudadanos (14,5), frente al avance del PSOE (24,9) y de Podemos (20,3).